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No logro dormir, lo único que hago es dar vueltas y vueltas en la cama tratando de encontrar el sueño. Pero mi conciencia me juega una mala pasada, no puedo dejar de pensar en ella, en lo que paso hace una hora atrás.

Soy un estúpido. Otra vez lo arruine con Camila. Cada vez que las cosas van bien con ella, la tengo que cagar.

Aunque, pensándolo bien, ¿por qué tuvo esa reacción? Digo, si para ella no significó nada, ¿por qué le importo tanto si fue marketing o no?

No quiero ilusionarme, pero quizás siente lo mismo que yo.

Camila me tiene tan jodido. Intento entenderla, pero no puedo. Soy muy bueno descifrando a las personas, pero con ella es imposible saberlo.

Esta el dicho que dice "los ojos nunca mienten", pero sinceramente, hay días en los que sus ojos me muestran cariño y otra veces, desprecio.

¿Qué es lo que realmente siente?

Me está volviendo loco.

Y después esta Maria, ella es muy buena. Es lo que todo el mundo quiere para mí, pero no es lo que yo quiero. Le tengo cariño, si, pero no es lo suficiente para que funcione nuestra relación.

Lo nuestro fue más atracción que amor.

Somos tan diferentes. Aunque, "los polos apuestos se atraen", pero este no es el caso.

Jamás va a funcionar si tengo a alguien más en mi corazón. Y sé que soy demasiado forro para intentar olvidarme a cierta persona con ella, pero ni así la pude sacar de mi cabeza.

Muchas veces trate de separarme de ella, pero ella me rogaba que no la deje, que eramos la "pareja perfecta"

[...]

Y así paso las horas, yo desvelandome toda la noche, perdido en mis pensamientos. Al levantarme de la cama, voy directamente al baño.

Me pego una ducha para tratar de disimular que parezco un zombie. Al salir, me cambio por ropa cómoda, me cepillo los dientes y me peino.

Estoy listo para ir a almorzar. Al abrir la puerta de mi habitación, dio la coincidencia que Camila también salía de la de ella. Nos quedamos mirando por unos segundos uno al otro.

Ella me da una sonrisa sin mostrar los dientes.

— Buenos días. — murmuró con su voz ronca, señal de que recién se levanta.

Cierra su habitación con la llave y pasa por al lado mío para bajar. Yo quedé inmóvil en mi lugar. Me saludo y me dio una sonrisa, eso es algo bueno, no?

Ni si quiera se si es algo bueno, ayer estaba enojada y hoy no.

Me apresuro en cerrar la puerta y alcanzarla.

Baje lo más rápido que pude las escaleras, necesito hablar con ella antes que nos sentemos todos en la mesa.

— Camila — la llamo. Ella voltea hacia mi dirección.

— ¿Qué pasó? — cuestiono confundida.

— Y-yo.. — no me salían las palabras, actúe por impulso y no sabia que le iba a decir sinceramente. Ella me miró expectante — Yo quería hablar sobre lo de ayer.

Ella no mostró ninguna emoción.

— Te quería pedir perdón.. — volví a hablar al ver que ella no dijo nada — no quiero que las cosas estén mal entre nosotros.

Ella soltó una risa. Yo frunci el ceño.

— Tranquilo — me pidió, pero no puedo estar tranquilo — las cosas no están mal y no hay nada que aclarar, lo que paso en el escenario fue actuación. No tenes porque explicarme nada — aseguró — así que, no te preocupes.

Ella volteo y fue a sentarse en la mesa ante mi mirada.

Sinceramente, no sé cómo tomarme lo que me dijo. Me debería alegrar que las cosas no están mal? O debería ponerme triste por pensar que ella sentía algo por mi y por eso tuvo esa reacción?

Largue un suspiro de frustración y fui a sentarme en la mesa. El equipo y los chicos hablaban entre ellos, menos yo. Estaba ido, solo podía pensar en la conversación con Camila.

Salgo de mis pensamientos por la presencia del camarero que venia a tomarnos el pedido a nuestra mesa.

— Buenos días — saluda amablemente con una sonrisa — ¿puedo tomarles su pedido?

Nosotros asentimos y le decimos lo que íbamos a almorzar cada uno. Mientras Camila pedía, podía notar las miradas que le tiraba el camarero.

Conozco ese tipo de mirada. ¿Acaso le estaba coqueteando.

— ¿Nada más, linda? — pregunto mientras escribía lo que ella había ordenado. Cam negó.

Aunque intente ocultarlo, mi cara hablaban por mi. Levante una ceja mientras lo miraba mal.

Para mi suerte, el mozo se fue.

— Lindo chico. — se burlo una de nuestro equipo. Mire a Camila y se había sonrojado ante ese comentario.

Lindo? No era nada lindo.

Camila rio nerviosa.

— Si.

— Tampoco era tan lindo. — solté de repente, causando que todos los de la mesa me miren con confusión. Pude notar la mirada de Felipe divertida y Camila alzo una ceja.

— Era demasiado lindoo — dijo Camila alargando la "o".

Yo rodé los ojos.

— Gustos son gustos — murmure, aunque Camila logró escucharme.

Camila iba a hablar pero el camarero volvió a aparecer, esta vez con los platos de cada uno en una bandeja.

Fue repartiendo la comida. Camila fue la última a la que se la dio, pero pude notar que cuando le estaba entregando el plato, también le dio un papel.

Era obvio, le había dejado el número.

Dios, no era nada profesional este chico. Su trabajo era atender a la gente, no intentar ligar a sus clientes.

Dejaré una queja después.

Él chico antes de irse, le guiño el ojo.

— Debe hacer lo mismo con todas. No lo llames — hable.

Camila me miró mal.

— No creo, no lo llaman Benjamín Rojas — me ataco.

El ambiente se tenso. Todos miraban confundidos la escena.

— Le faltó traer las bebidas — aviso Felipe, rompiendo el silencio tan incómodo que se había formado. Se paro de la silla — Iré por ellas, acompáñame Benja — me pidió y yo asentí.

Mientras voy caminando con Felipe en busca de las bebidas, me voy preparando porque estoy seguro que me va a regañar.

— ¿Qué mierda fue eso? — volvió a hablar cuando estábamos lo suficientemente lejos.

— ¿Qué cosa?

— No te hagas el tarado. — pidió, con un tono de voz levantado — podes dejar tus malditos celos?

Solté una risa irónica.

— Yo celoso? — pregunté. Felipe me miró mal — no estoy celoso.

— Dale Benjamín, cualquiera puede darse cuenta que estabas celoso. Vos sabes que sos mi amigo y que te quiero mucho, pero no voy a permitir que juegues con ella — me advirtió y yo frunci el ceño.

— ¿Qué? — cuestione, no entiendo a lo que se refiere.

— Que no quiero que juegues con ella. Tenes novia Benjamín — me recordó — pero estas tirandote a Camila. Deja de confundirla, si te pasan cosas con ella, hace las cosas bien.

Y sin que pudiera responder. Agarro las bebidas y volvió a la mesa dejándome solo.

Me lleve una mano al pelo con frustración, soy un idiota.

Cobardes | Benjamila Donde viven las historias. Descúbrelo ahora