8. Jimin

285 76 34
                                    

Hoy es el día.

Ese fue el pensamiento con el que Jungkook se puso en pie por la mañana. No lo reconocería ni ante si mismo, pero llevaba una semana sin pisar la cafetería y no por falta de tiempo.

Desde que fue con Taehyung y este le contó lo de los bollitos, a decir verdad.

Había llegado a la irrefutable conclusión de que debía personarse y devolverle el dinero al crío. Y por supuesto, escarmentarle para que no volviese a hacerlo más. Esa era la parte que se le estaba atragantando.  La parte que le había impedido visitar el lugar la última semana y media.

Pero ya no podía relegarlo mas.

En parte porque había sido militar y los militares no llevaban bien actuar con cobardía y en parte porque mañana le quitaban las muletas y regresaría a su vida de siempre. Tenía que dejar todas las cuentas saldadas antes de volver. Podía parecer absurdo pero de nuevo, Jungkook había sido militar y si por algo se caracterizaban los militares, era por ser estrictos con sus propias normas.

Se vistió, cogió las muletas y no se concedió la oportunidad de entretenerse haciendo las compras antes de ponerse en camino a la cafetería. La campanilla anunció su entrada y Jungkook se desplazó a su mesa. Desplomándose sobre la silla, percibió con desagrado que tenía las manos sudadas. Pero sin dejarse llevar por los desagradables sentimientos, se mantuvo con los dedos tercamente entrelazados y esperó.

—Buenos días. ¿Qué quiere tomar?

No pudo evitar fruncir el ceño al mirar a su costado. ¿Quién demonios era aquel chico y dónde estaba Jimin? Se mantuvo quieto, con la vista clavada en el camarero el tiempo suficiente como para que este luciera incómodo.

—Café solo con hielo.—el chico escribió, aliviado y ya se alejaba cuando Jungkook preguntó.—¿El camarero de siempre no está?

—¿El de siempre?

—Jimin.

—Ah, no. No ha venido.

Jungkook se obligó a respirar, crispado por su desinterés.

—¿Es su día libre o…?

—No. No ha aparecido y tampoco ha llamado.—se encogió de hombros.

Jungkook asintió, sin tiempo de agradecer antes de que el chico se alejara a preparar su café.

Algo no le cuadraba.

"No ha aparecido".

No aparecer no sugería nada bueno. Porque de haber estado enfermo, un chico como Jimin habría llamado para avisar. Con algo de molestia, se dio cuenta de que estaba haciendo asunciones estúpidas sobre un desconocido. Solo que en realidad no lo era.

Lo sería para cualquier civil de a pie que va a tomarse un café a diario.

¿Pero para un exmilitar y policía especializado en psicología conductual? Podía leer a Jimin solo por el movimiento de sus ojos al hablar.

—Aquí tiene.—el chico molesto reapareció para apoyar su café en la mesa. También traía el platillo con la cuenta.—Son...

Jungkook le pasó el billete sin dejarle terminar y cuando el camarero, deseoso de alejarse de aquel tipo taciturno le trajo las vueltas, Jungkook ya se había tomado la mitad de la taza.

No perdió mucho más el tiempo. Estuvo sentado los pocos minutos que le llevó apurar la bebida y en cuanto tuvo las vueltas en el bolsillo, se levantó.

Sus ojos viajaron a la cuenta.

Sin bollito.

Apretó los dientes y frustrado, salió de allí. Tendría que volver mañana.

Cuando caigan las estrellas✨Kookmin✨ PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora