3. Lluvia

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Jungkook se quitó el abrigo mojado y lo colocó en el respaldo de la silla. Tratar de cubrirse con el paraguas mientras caminaba con las muletas era un cristo.

Cojeando, se sentó y dejó las muletas a un lado. Observó cómo la lluvia arreciaba sin dar tregua, gotas furibundas golpeando la ventana.

—Buenos días.—miró a su lado. La lluvia lo había distraído pero no lo suficiente como para no notar al camarero acercarse. El mismo chico de cabello negro y labios carnosos.—¿Café con hielo?—Jungkook asintió, sin dejarse impresionar por la memoria del chico.—Ahora mismo.

Lo vio retirarse y preparar el café en la máquina con sumo cuidado. Su entrenado ojo captó sus gestos, sus movimientos. No era mecánico. El chico no se movía con la velocidad y automatismo que suelen tener los camareros. No obstante, parecía operar con mucho detalle y mimo. Como si el café fuese para sí mismo.

Dejó de observarle cuando vertía los hielos en su taza.

Después, oyó esta misma posarse frente a él. Con el billete preparado extendió su mano, mirando a través del cristal. La lluvia lo entretenía lo suficiente.

El camarero llegó como siempre para dejarle las vueltas.

—Aquí tiene. Cualquier cosa que necesite me avisa. Que tenga un buen día.

Jungkook miró el platillo. La cuenta, sus vueltas y la galleta. Era la misma marca, con el mismo envoltorio pero de chocolate esta vez.

Bebió de su taza más despacio que de costumbre, queriendo alargar su consumición lo bastante como para que la lluvia amainara.

Veinte minutos después entendió que no ocurriría, así que con su porte sobrio, se calzó el abrigo.

Tomó las muletas, el paraguas plegable y colocó la silla. Sus ojos se detuvieron unos segundos en la galleta.

Finalmente, se marchó sin tocarla.

Cuando caigan las estrellas✨Kookmin✨ PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora