Cuando caigan las estrellas✨Kookmin✨ PAUSADA

1. Once segundos de más

Jungkook se sentó en la mesa de la cafetería, en el número 13 de su misma calle.

Se dejó caer en la silla y aparcó las muletas a un lado. Frotó su pierna, poco más arriba de la rodilla, justo donde le dolía.

—¿Qué va a ser?

Miró al chico frente a él. Bajito y delgado. Flequillo negro enmarcando unos ojos castaños y rostro de corazón.

—Café solo, con hielo.

—Ahora mismo.—el chico tomó nota y guardando el bolígrafo en el bolsillo de su camisa blanca, hizo una reverencia y se retiró.

Jungkook permaneció allí sentado, mirando la calle por el ventanal, la gente pasar.

El ruido de una taza siendo depositada frente a él le avisó de que su café estaba listo. Aunque él ya había divisado al chico viniendo por su vista periférica. También había contado los segundos, anticipando cuando llegaría su pedido.

Le tendió el billete.

—Gracias, señor. Ahora mismo le traigo el cambio.

Veinticinco segundos, auguró Jungkook. Eso se tardaba en ir a la caja, tomar su cambio y volver.

El muchacho tardó treinta y seis.

—Aquí tiene. Si necesita algo más, puede llamarme.—ofreció con voz dulce. Jungkook asintió, sin apartar la vista de la ventana. Dos segundos de silencio.—Que tenga un buen día.

Con otra reverencia, se marchó.

Jungkook miró por fin la mesa. Su café y el platillo con la cuenta. Y justo encima, envuelta en un plástico transparente, una galleta. Observó el dulce un instante.

Ahí estaban los once segundos de más.

Diez minutos más tarde, cuando Jimin regresó por la zona de la cafetería donde aquel misterioso hombre con muletas se había sentado, él ya no estaba. Observó la silla pulcramente colocada en su lugar. La taza de café, vacía.

Hizo un mohín.

La galleta intacta sobre el platillo de la cuenta.

...

Vale gente, está es una nueva historia Kookmin. Sólo saco este capitulo porque aún no tengo pensado ponerla en marcha, pero tengo seis capítulos en Borrador y os avisaré cuando esto eche oficialmente a rodar.

¡Os quiero!

Sugar.