Epílogo

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*Seis meses después*

La noticia de que podíamos volver a nuestro hogar llegó hace dos días y ahora, nos encontrábamos terminando de guardar todas nuestras pertenencias.

-Tendrás que pasar a visitarnos de vez en cuando Oli- Susan y Lucy tenían repitiéndome lo mismo desde que anunciaron que regresábamos.

-Chicas, ya eh dicho que si las visitaré, pero primero me deberían de decir en dónde viven- esperaba que la familia viviera cerca de mi hogar para poder verlos seguido.

-¡Eso era lo que olvidé!, nunca te dijimos en donde vivíamos- Susan parecía algo impactada pero era cierto, en todo el tiempo que estuvimos juntas, jamás me dijeron en donde vivían.

-Bueno pues vivimos en Finchley, ¿y tú Oli?- me sorprendí por lo que acababa de decir Lu.

-Entonces nos veremos muy seguido, también vivo en Finchley- las hermanas Pevensie gritaron de la emoción llamando la atención de sus hermanos.

-¿Están bien?- Peter y Edmund se asomaron a nuestro cuarto muy preocupados por los gritos.

-Todo bien, solo sus hermanas emocionadas por enterarse que también vivo en Finchley- cerré mi maleta y salí con ella de la habitación restandole importancia a la noticia.

Baje las escaleras de la casa hasta la sala para esperar a que pudiéramos irnos al tren y regresar por fin a casa.

Unos pasos apresurados y el golpe de una maleta en las escaleras llamó mi atención, creía saber de quien se trataba.

-¿Cómo puede ser que jamás me dijiste que vivías en Finchley?- Peter soltó la maleta y corrió a abrazarme.

-Olvidé ese pequeño detalle- levante los hombros intentando no reír por la cara de mi novio.

-¿Pequeño detalle?, yo me estaba haciendo la idea de que tendría que ahorrar para ir a verte- sonreí enternecida por si noticia, Peter había mejorado su actitud desde que estuvimos en Narnia y ahora, siempre buscaba la manera de hacerme feliz.

-Pues te doy la buena noticia que no tendrás que gastar nada en ir a verme- Peter me abrazó de nuevo y nos separamos cuando escuchamos a sus hermanos bajar.

-¿Están listos tortolitos?- Edmund tenía como pasatiempo burlarse de Peter y de mi cada vez que estábamos juntos.

-Si Ed, estamos listos, solo falta Macready- me acerque a mi mejor amigo y le arregle un poco el pelo.

-Parece que sigues sin saber usar un peine Ed- susurre un poco para que solo el me escuche.

-Estoy bien Oli, déjame ya- Ed me alejó de el con cariño y reímos un poco. Durante los años que estuvimos en Narnia, con Edmund nos volvimos inseparables.

-Solo queda esperar a la señorita Macready-

-No es necesario, podemos irnos si ya están listos- todos asentimos y salimos de la gran casa para dirigirnos a la estación del tren.

El camino a la estación fue muy callado por alguna razón, Macready no se molestó en decir ni una sola palabra y nosotros parecíamos no tener ganas de hablar. Pasados algunos minutos por fin llegamos a la estación y antes de subir al tren por fin Macready nos llamó.

-Fue un placer conocerlos jóvenes, espero algún día poder verlos de nuevo- y sin esperar una respuesta se alejó de nosotros.

-Por lo menos se despidió- reí junto a Lucy, creo que no extrañariamos los regaños de Macready.

-Tenemos que subir antes de que todos los vagones estén llenos- Susan y Lucy fueron las primeras en entrar, luego Edmund y yo y por último Peter.

-¡Este vagón está vacío!- Lucy abrió la puerta y todos entramos detrás de ella acomodando nuestras pequeñas maletas en los compartimientos.

Del odio al amor (Peter Pevensie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora