ii.ardiente infierno

390 34 2
                                    

Capítulo 2: Ardiente infierno

Esa noche en particular era bastante fría, los pasillos del castillo parecían más embrujados de lo normal pues el tono azul del que se pintaban no ayudaba a los asustadizos.

Por suerte a Taylor Queen no le daba miedo la oscuridad, su cabello casi iluminaba los pasillos de lo brillante y rubio que era, sus ojos encontraron la entrada a la biblioteca e ingresó; buscando con la mirada a una cabellera oscura, pero no tuvo suerte.

–¿Me buscas?–la voz aterciopelada y grave de Theo la hizo dar un salto en su lugar, se volteó a mirarlo pues estaba dándole la espalda–lo siento, no quise asustarte

Queen tuvo que retroceder algunos centímetros para mirarlo bien, no lo recordaba tan jodidamente alto. Su cabeza apenas llegaba a rozarle los hombros a Nott. Podría decir que se sentía un poco intimidada.

–No te preocupes, deberíamos empezar, ¿no crees?–la rubia le dijo, señalando una mesa vacía al fondo y ambos caminaron hacia allá

Taylor iba a empujar la silla, pero Theo se adelantó y la jaló para ella, así que se sentó después de agradecer. Ella lo miraba con cuidado, queriendo decifrar sus expresiones, pero no tenía absolutamente ninguna. Seriedad total todo el tiempo.

–Creo que deberíamos hacer este informe sobre posiciones realmente poderosas, porque presiento que la mayoría se van a ir por las más básicas–habló él, abriendo un libro negro que ella desconocía, pero alcanzó a leer el apellido Nott tallado en el lomo
–¿Es ese el libro que escribió tu tío, no? ¿Cirilo Nott?
–Lo es, fue un excelente alquimista–murmuró Theo, acariciando las páginas del libro–que tragedia que usará sus conocimientos para ayudar a Voldemort, ¿no?–escuchar ese nombre seguía produciendo terror en Taylor y Theo lo pudo ver en su rostro
–Sí... debió ser muy inteligente, las posiciones son de las cosas más complejas de realizar.
–Lo son. Mira, está de aquí se llama Sommnus, un probado de está cosa y prácticamente harás todo lo que te pida la persona que te la dio–él apuntó una imagen con su dedo y ella se acercó para mirar el líquido morado enfrascado

Hombro con hombro, mechones de cabello rubio cayendo sobre el suéter verde que llevaba Theodore, él lo notó. Sus pestañas largas adornando sus bellos ojos y su boca carnosa entre abierta. Él la miró sin disimulo alguno, teniéndola solo a centímetros y ella sonrió, todavía mirando el libro, pero se giró y lo miró directamente a los ojos.

–Es fascinate. Lo que puede hacer solo una poción, es fascinante.

Maldición, como podía hacer eso ella. Mirarlo de esa forma, casi rozando sus rostros y decirle que era fascinante, ¿estaría ella jugando con él? Solo eso podía pensar Theo, desvío la mirada hacia el libro y ella se enderezó en su lugar.

–Podríamos intentar con esa.
–¿Y que hay de las de amor?–el corazón de Theo golpeó contra su pecho–¿que no son las más poderosas?
–¿Como podrían serlo? El amor no se puede replicar–ella sonrió, Theo se empezaba a preguntar si no le dolía el rostro
–Que lindo ha sonado eso, es cierto. El amor no se puede replicar–sus ojos viajaron entre el libro y los ojos grandes de Nott

Se sentía tonta, como una niña pequeña cuando habían niños cerca. No entendía su nerviosismo, era hasta divertido. Estaba nerviosa de hacerse amiga de Theodore Nott. Un Slytherin que parecía ser el más malo de todos.

–Amor et tussis non caelutar–leyó ella, mirando el libro de Nott y la imagen de una poción rosa con un brillo nacarado–¿lo he pronunciado bien?
–Así es.
–¿Y que significa?
–El amor y la tos no se pueden ocultar–ambos se miraron después de eso, sus ojos bailando en una dulce balada–esa poción hace que tosas como loco hasta que admitas tus verdaderos sentimientos hacia la persona, incluso podría ahogarte
–Increíble–ella asintió, de pronto un papel arrugado cayó en medio de ambos y alzaron la vista, un Ravenclaw sonrojado casi salió huyendo

Eclipse; Theodore NottDonde viven las historias. Descúbrelo ahora