vii.whisky de fuego

308 27 1
                                    

Capítulo 7: whisky de fuego

Taylor se encontraba en medio de una tormenta emocional. Su mente estaba dividido entre su novio, Harry, y un chico con el ni siquiera debería hablar, Theodore. Cada pensamiento que cruzaba por su mente era una batalla interna entre el amor y la pasión.

Por un lado, Taylor quiere a Harry. Han compartido momentos hermosos juntos y han construido una conexión. Sin embargo, últimamente, Harry ha estado ausente, ensimismado en sí mismo y en sus propias preocupaciones. Esa falta de atención y cariño de su parte ha dejado a Taylor sintiéndose desatendida y cuestionando la solidez de su relación.

Por otro lado, está Theodore. Sus encuentros con él despertó en Taylor una pasión y una sensación de sentirse viva que no había experimentado jamás. Theodore la hace sentir deseada y la envuelve en una nube de emociones intensas. Cada pensamiento sobre él es un remolino de excitación y culpabilidad.

La lucha interna de la rubia se intensificaba a medida que se enfrenta a preguntas difíciles. ¿Es posible tener en mente a dos personas al mismo tiempo? ¿Qué es lo que realmente quiere en una relación?

Se siente atrapada entre la seguridad y la estabilidad que Harry representa y la chispa y la pasión que Theodore le ofrece.

En medio de la confusión, ella se encuentra buscando respuestas. Se pregunta si es justo mantener a Harry a su lado si sus sentimientos por Theodore no desaparecen. Al mismo tiempo, teme perder a Harry y lamentar su decisión si sigue adelante con Theodore.

Su mente se encontraba ahora mismo en un torbellino de emociones contradictorias. Se debate entre seguir el camino seguro o dejarse llevar por la emoción del momento. Sea cual sea la decir que tome, sabe que su elección tendrá consecuencias que afectarán a todos los involucrados.

–Parezco una tonta hablando sola hace como media hora–gruño Hermione, mirándola molesta
–Oh, lo siento. Estaba pensando–dijo enderezándose en su lugar

Claro que había estado pensando, Hermione la había observado, recargada en un brazo, mirando perdidamente el ventanal de la biblioteca por donde caía una llovizna leve esa tarde.

–¿Qué te pasa últimamente? Casi nunca estas con nosotros, te desapareces, sales a mitad de la noche del dormitorio, estás rara–el rostro de la castaña desprendía preocupación
–Herms, yo...–ella suspiró–no lo sé. Sabes hace tiempo dejé de sentirme... viva
–¿Qué?
–Sí, es decir, no se que hacer con mi vida, no se quienes son mis amigos, no se que me gusta, no lo sé–sus ojos azules se cristalizaron bajo la mirada confundida de su amiga
–No... te entiendo. Tus amigos somos nosotros, Blake, Ron, Luna, Dean, Seamus y los demás, tú eres Taylor, la chica buena que siempre has sido

Hermione no se daba cuenta que ella ni siquiera había compartido una conversación con Seamus o Dean en su vida o algunos de esos chicos, porque eran amigos de Harry, no suyos.

–Debemos irnos a la sala común, empieza a hacer frío aquí–dijo la castaña, recogiendo sus cosas
–No, ve tú, quiero estar aquí un poco más–murmuró Queen, decepcionada de que no la entendieran
–Está bien–la rubia la miró salir del lugar y cuando su mirada volvió al frente, casi se le sale el corazón–¡Blair!–chilló, llevándose una mano al pecho
–No quería asustarte y, perdón por esto, pero escuché su conversación–la morena hizo una mueca de desagrado–te entiendo, Queen. Aveces nos sentimos perdidos, me pasó durante la guerra. No quería tener la marca ni convertirme en lo que fui, pero no tuve opción.
–¿Pero como se que quiero? ¿Como encuentro lo que realmente me llene?–preguntó casi desesperada
–Experimenta. Si te quedas solo con algo, eso será todo. Pero si pruebas las demás cosas, lo sabrás. Es decir, tus amigos–rodó los ojos–no creo que sean tus amigos reales, tal vez Thompson y Lovegood sí, pero los demás...
–Pero Hermione es mi amiga...
–¿Realmente lo es? ¿O solo conviven por Potter?–alzó sus cejas y Taylor miró hacia el suelo, Hermione nunca había compartido un secreto con ella, no le había contado que le gustaba Ron, ni cuando estuvo con Víctor Krum, solo estudiaban juntas en silencio–piénsalo, Queen–ella sonrió y se levantó, dejándola sola

Eclipse; Theodore NottDonde viven las historias. Descúbrelo ahora