Eclipse; Theodore Nott

xi.hechizo de la lluvia

Capítulo 11: Hechizo de la lluvia

Taylor caminaba por los pasillos mientras el frío viento acariciaba su rostro. El cielo estaba cubierto de nubes grises, reflejando el estado de su corazón en ese momento.

En medio de esa confusión, Taylor se preguntaba si el gesto era un intento desesperado de arreglar las cosas entre ellos. Sin embargo, ella estaba segura de que no sería suficiente para sanar las heridas que los habían separado.

A lo largo vio a un grupo de personas seguir a Harry, quien cuando la miró le cambió el rostro animado a serio. Les dijo algo a los chicos y se acercó a ella con cautela, sus ojos reflejaban arrepentimiento y tristeza. Intentó hablar, pero las palabras parecían atascarse en su garganta.

Taylor, todavía dolida por las acciones pasadas, se quedó en silencio, esperando que Harry encontrara las palabras adecuadas para explicarse.

El frío se intensificaba mientras los dos permanecían allí, en medio del pasillo desierto. Taylor sintió un nudo en el estómago, recordando todos los momentos felices que alguna vez compartieron. Pero también recordó todos los desplantes que habían eclipsado su amor.

Harry finalmente pudo reunir el coraje suficiente para hablar y dijo;

–Se que te gustan las rosas–la extendió hacia ella y esta las miró
–Sí, las rosas–declaró con voz fría
–Escucha, Taylor. Lo siento, ¿sí? Se que últimamente te he dejado de lado y lo lamento tanto porque te amo–sus palabras sonaron sinceras, pero Taylor sabía que su corazón ya no le pertenecía a él

–Yo también lo siento–habló después de varios minutos en silencio–supongo que también es mi culpa no haberte dicho cómo me sentía en su momento, pero ahora es tarde, Harry...–él la miró con las cejas fruncidas
–¿Qué?
–Te quiero, en verdad lo hago, pero ya no te amo–dejar salir aquellas palabras hacia Harry le produjeron una calma interior

Miró el rostro perplejo del pelinegro. Ambos se quedaron en silencio, enfrentándose a la realidad de su relación fracturada. El frío ahora se sentía más intenso, como si el clima reflejara el estado de algunos corazones rotos.

Taylor miró las rosas en las manos de Harry, las mismas rosas que solían simbolizar amor y perdón. Pero en ese momento, solo representaban el pasado.

–Taylor, no puedes hacerme esto. Yo te amo–sentía la desesperación en las palabras de Harry y su corazón se hundió
–Lo siento tanto–susurró sintiendo algunas lágrimas empezar a caer–pero yo no
–¿Acaso es por otra persona?–preguntó dolido
–La relación terminó junto con la guerra y ambos lo sabemos, todo se fue al carajo en ese momento, pero no quisimos admitirlo.

Sin decir una palabra, Taylor se dio la vuelta y se alejó lentamente hasta que escuchó la voz de Harry nuevamente.

–¿Realmente Nott vale todo lo que estás perdiendo?–esas palabras dejaron fría a la rubia y se giró inmediatamente, sorprendida
–¿Qué?
–Dime, Taylor, ¿alguien tan vil cómo él merece que tu familia te odie, que tus amigos te odien, que yo me aleje?
–Esto nunca se trató de Theodore y, sin embargo, si quisiera estar con él a nadie debería importarle–su voz ya tenía un tinte de enojo
–Está bien, ve con él, pero no hemos terminado. Sabes lo que pensaría sobre esto tú madre y también lo que haría. Cuando todo se vaya a la mierda con él volverás a mi–le dijo y se acercó a ella, la rubia se quedó quieta y él le tomó la mano para dejar las rosas y luego le besó la frente para darse la vuelta y dejarla ahí

El viento soplaba helado, llevándose consigo los susurros de lo que una vez fue un amor prometedor.

Dentro suyo sentía como el miedo invadía cada arteria con aquellas palabras, Harry le había recordado sobre las palabras de su madre. Sabía que la decisión correcta era dejar a Harry, pero no estaba segura si era lo mejor para su vida.