La casa de Techos altos

Capítulo VIII

  Deisy

Segundo día de trabajo en la pastelería del pueblo, “La pasteleria de los Stiven”. Por lo que me pude fijar con cada orden que tomaba, es que no había variedad en el menú, todos pedían lo mismo. Tambien otro dato muy curioso es que hay muy pocos jovenes que visitaban el local, tal como lo había comentado Megan el día anterior y que ahora se disponía de cumplir su función de mesera.

  No podía negar que era agradable, hasta me había dado su número telefónico con la excusa de estar en contacto por el trabajo, siempre estaba al pendiente sino entendía algún aspecto del trabajo y por si fuera poco siempre me dedicaba una mirada de comprensión.

Era la compañera de trabajo de todos soñarían tener.

Así que no entendía mi actitud hacía ella, no era grosera ni odiosa, solo algo distante, una parte de mi no me dejaba confiar en ella a totalidad. Sus gestos, sonrisas amplias y movimientos sutilmente coquetos me daban la impresión de ser una rutina, algún tipo de actuación o ensayo.

¿Quizas estaba siendo paranoica?

No lo sé, pero soy incapaz de fingir confianza con alguien que no brinda comodidad.

— Son 6,50 $, dos tartas de queso y una malteada de vainilla.- informé al cliente delante de mi.

— Perfecto, ¿Eres la hija de Patrick Muller?.- Preguntó mientras buscaba el dinero, yo me limité asintir.

  Era un obrero, lo relacioné por su uniforme de braga azul con algunos rastros de esas mangas que no podían quitar. Un hombre bastante fornido y aspecto agradable, no se porque su cara me recordo al Santa Claus de las películas, muy clara con zonas enrojecidas, ojos azules y una barba que ocultaba parcialmente una sonrisa cálida. Era un Santa Claus musculoso.

— Lamento mucho lo de tu tío, eramos amigos y hasta estudiamos juntos. Me alegro que pudieran venir a cuidar de su preciada cabaña, mucha suerte.- Comentó en un tono triste antes de alejarse.

Eso me dejo pensando un poco, yo en realidad conocía muy poco a mi tío Robert. Mis recuerdos con él eran escasos, pero el sentimiento de la familiaridad cuando pensaba en su rostro estaba allí, tal vez no lo llegue a conocer del todo pero si a querer.

Si algo aprendí en ese instante es que los recuerdos se podyian desvanecer con facilidad, pero los sentimientos no. Ellos se adentran en lo profundo de tu ser y te marcan, y borrar ese tipo de marca es un trabajo arduo que es casi imposible de jecutar con éxito.

Por eso Jack permanecía con el pasar del tiempo, porque él no se habia presentado como un recuerdo sino como un sentimiento invadía cada celula de mi cuerpo.

—¿Quieres comer aquí o prefieres salir fuera por algo mas urbano?.- intervino  con picardía mi compañera de forma repentina.

—¿Qué tienes en mente?.- Le devolví la pregunta. Se limito a ensanchar su sonrisa y guiarme.

  Pasamos por el área de descanso dejando nuestros delantales. La cocinera tambien estaba allí, nos despedimos y salimos del lugar por la puerta trasera. Megan era unos centimetros mas alta que yo, tenia mucha gracia y saludaba a todo el que pasaba. Era sin dudas una figura pública en ese pueblo.

¿Saben esas películas donde esta siempre la chica que es el modelo a seguir?

Si esto fuera una película, ella seria el modelo a seguir. Radiante, trabajadora, bella y perfecta. Todo el paquete completo.