Tanjiro nota por primera vez a Muichiro Tokito,al verlo queda prendado y absorto,no sabe la razon,pero siente deseos de acercarse y conocerlo mas.
Muichiro en cambio,se ve sorprendido,no esperaba que alguien como Tanjiro se fijara repentinamente en...
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Ya daban por terminado las clases, así que el de ojos turquesas se preparó para irse a donde había planeado. Pero antes de ello, Tanjiro le llamo la atención.
—Muichiro-kun... —llamó, acercándose.
—Uhm, ¿ocurre algo, Tanjiro? —pregunto.
—Me preguntaba si podrías pasarme tu número... para hablar más... —dijo, parecía algo nervioso.
—¿Mi número? ¿Mi número de teléfono? —pregunté. La verdad es que no estaba prestando mucha atención a lo que quería decirme, ya que pensaba en otras cosas—. Claro, un momento... —susurro mientras buscaba en la mochila el móvil.
—Aquí lo tienes... —Dijo, mostrándole mi número para que él lo apuntara.
—Gracias. Bueno, ya te escribiré...
—De acuerdo, adiós...
—¿No subes al autobús? —preguntó confundido al ver que se dirigía por otro camino que el habitual.
—No, yo... voy a tomar otro camino, ya que tengo algo importante que hacer... —dijo apartando un mechón de pelo de mi rostro—. Adiós, Tanjiro... —dijo, alejándome del lugar.
—Adiós, Muichiro-kun...
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Muichiro llegó al hospital central más cercano a su hogar, donde estaban su madre y Yuichiro.
Se preparó mentalmente para entrar y preguntar dónde estaba su hermano mayor. Había veces en las que tenía que ser valiente, y esta era una de ellas.
Se acercó a uno de los mostradores donde las enfermeras estaban atendiendo.
—Oh, hola, pequeño, ¿qué deseas? ¿Te has perdido? —preguntó con una sonrisa una enfermera al ver al peliazabache frente a ella.
Muichiro frunció el ceño extrañado. No era un niño pequeño, tenía 15 años, pero aún así lo ignoró.
—Estoy buscando a mi hermano mayor. Mi madre lo trajo aquí y no ha vuelto... —explicó.
—¿Cómo se llama tu hermano? —preguntó la enfermera.
—Se llama Yuichiro Tokito... y yo soy Muichiro Tokito... —contestó mientras miraba a su alrededor. Le ponía muy nervioso tener que mirar a gente a la que no tenía confianza a los ojos y hablarles—.
—¿Y dónde están tus padres? —preguntó con el mismo tono.
—En casa... Yo solo vine a ver cómo se encuentra porque no me quisieron decir nada... —explicó mientras frotaba sus manos algo nervioso. Ojalá pudiera ir solo a donde está su hermano y ya, y no tener que hablar con nadie.
—Dame un momento. Por ahora, siéntate ahí... —la enfermera señaló los asientos de espera, a lo que Muichiro solo suspiró y fue a sentarse, abrazando su mochila en sus rodillas.
