Tanjiro nota por primera vez a Muichiro Tokito,al verlo queda prendado y absorto,no sabe la razon,pero siente deseos de acercarse y conocerlo mas.
Muichiro en cambio,se ve sorprendido,no esperaba que alguien como Tanjiro se fijara repentinamente en...
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Era un día soleado, pero el viento fresco soplaba entre los árboles alrededor del instituto,signo de que talvez se acercaba el verano,haciendo que los aretes hanafuda de un chico pelirrojo se balancearan ligeramente mientras buscaba a otro chico después de su primera hora de clase, con una barra de pan aún un poco caliente.
Al dar la vuelta por el pequeño huerto detrás del instituto, lo encontró.
Estaba sentado en una pequeña plataforma de piedra y cemento que rodeaba parte del edificio, con la espalda hacia él.
Su cabello se movía ligeramente con el viento. Tanjiro se sentó a su lado y vio que tenía la cabeza alzada, mirando al cielo, o más específicamente, a las nubes.
Tanjiro no dijo nada, simplemente rompió un pequeño trozo de pan y se lo ofreció a Muichiro.
—¿Quieres un poco? —preguntó amablemente. Muichiro giró la mirada hacia Tanjiro, viendo el pan en su mano y su sonrisa.
Algo dentro de él no le permitía negarse, así que agarró el pan y le dio un mordisco, disfrutando de su textura y sabor.
Ambos se mantuvieron en silencio, disfrutando del agradable ambiente y la brisa, contemplando la vista frente a ellos. Tanjiro quería empezar una conversación, pero no sabía cómo, hasta que oyó la voz de Muichiro.
—Este sitio me gusta... es muy tranquilo y agradable. Iba a ir a la biblioteca, pero había mucha gente y la idea de estar rodeado de ellos, sentir su calor corporal y escuchar todas sus voces entremezclándose... no, no me agrada para nada. Me genera mucho estrés y agobio —dijo Muichiro, con la mirada baja hacia el trozo de pan recién ofrecido— Perdona, creo que no es muy adecuado empezar así una conversación —añadió, sintiéndose algo avergonzado por su tono.
—¡No, no! Tranquilo. A la gente también le gusta que confíes en ella para contarle cómo te sientes —sonrió Tanjiro. La empatía hacia los demás le hacía sentirse bien y le gustaba poder ayudar y ser agradable.
Normalmente era muy hablador, pero esta vez quería escuchar a Muichiro.
Su voz le resultaba dulce y tranquila, transmitiéndole calma.
—Oh, vale... —Muichiro hizo una pausa, dando otra mordida a su pan, con la mirada perdida, como si estuviera pensando en algo.
Tanjiro no sabía si diría algo más o si eso era todo lo que quería expresar.
—Tanjiro... —llamó Muichiro esta vez mirándolo a los ojos, o eso parecía.
—¿Sí, Muichiro-kun?
—Tu cabello es similar a un sol, ¿te cuesta mucho peinarlo o es así de natural? —preguntó Muichiro, ladeando un poco la cabeza mientras observaba su cabello.
