𝗖𝗮𝗽 𝐈𝐈: Pʀɪᴍᴇʀ ᴘᴀsᴏ.

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   Tanjiro decidió traer unas galletas de chocolate hechas con ayuda de su hermana Nezuko, a quien le había contado sobre ese chico que le llamó la atención, Muichiro

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   Tanjiro decidió traer unas galletas de chocolate hechas con ayuda de su hermana Nezuko, a quien le había contado sobre ese chico que le llamó la atención, Muichiro.

Al llegar a clase, Tanjiro lo vio. Muichiro estaba sentado en su silla con los brazos sobre la mesa, mirando al vacío, con su cabello y flequillo cubriéndole parte del rostro.

Era increíble cómo tenía unos ojos tan bellos y tan vacíos a la vez. Tanjiro se preocupó por él, percibiendo un aroma a tristeza y confusión.

—Hola, Muichiro, soy Tanjiro —se acercó a su mesa con una sonrisa, llevando una pequeña caja de galletas envuelta en una tela rosada, idea de Nezuko.

Muichiro levantó la mirada y lo observó con curiosidad.

—Oh, hola, ya veo que eres tú —dijo, girando su mirada hacia Tanjiro, aunque minutos después la desvió hacia otro lado.

Tanjiro sintió un poco de lástima, deseando poder admirar sus ojos un poco más de cerca.

—¿Puedo ayudarte en algo?

—Oh, no, solo quería... entregarte esto. Lo hice junto a mi hermana. Espero que te gusten las galletas de chocolate —dijo Tanjiro, algo nervioso, extendiendo la pequeña caja en sus manos.

Muichiro la miró y, después de unos segundos, la tomó entre sus manos.

—¿Son para mí? —preguntó mientras observaba la caja.

—Sí, huelen bien y la tela es suave... ¿por qué me has traído algo así? —preguntó Muichiro, volviendo a fijar su mirada en Tanjiro, lo cual lo ilusionó profundamente.

—Bueno, te las traje porque quería empezar a ser tu amigo —respondió Tanjiro, rascándose la nuca—. ¿Qué me dices?

—¿Así es como se comienza una amistad? ¿Ofreciendo detalles? Entonces lo he estado haciendo mal siempre... —murmuró Muichiro, bajando la mirada hacia la caja, aparentemente disfrutando de la sensación y el aroma.

—¡Oh! No, no. Hay muchas maneras de empezar una amistad. Yo solo elegí esta.

—Pues en ese caso, ¡gracias! —dijo Muichiro con una sonrisa que hizo sentir a Tanjiro un cosquilleo en la piel.

—¡Chicos! ¡A vuestros asientos ya mismo! —anunció el profesor Sanemi, entrando en el aula con su habitual tono autoritario.

—Nos vemos luego, Muichiro... —susurró Tanjiro mientras se dirigía a su lugar, con una sonrisa y sintiéndose más optimista sobre el día.

Muichiro guardó la pequeña caja de galletas en su mochila con cuidado.

Todos le temían al profesor Sanemi Shinazugawa porque creían que solo era alguien malhumorado que venía a desquitarse con ellos y que daba una asignatura pésima.

𝙌𝙪𝙞𝙚𝙧𝙤 𝘾𝙤𝙣𝙤𝙘𝙚𝙧𝙩𝙚 || 𝗧𝗮𝗻𝗺𝘂𝗶 || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora