𝗖𝗮𝗽 𝐈𝐕: Mᴇɴsᴀᴊᴇs.

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Muichiro estaba tumbado en su cama, exhausto tras un día inusualmente lleno de interacciones sociales.

   Aunque disfrutaba de la compañía de personas cercanas como su hermano o Tanjiro, siempre terminaba sintiéndose agotado, a pesar de que ya estaba acostumbrado a ese tipo de cansancio.

Al llegar a su habitación, se quitó los zapatos y la ropa, cambiándose por algo más cómodo y suave antes de dejarse caer sobre el colchón.

Estaba a punto de dejarse llevar por el sueño cuando su teléfono, que descansaba en la mesilla de noche, vibró.

Curioso, lo tomó y se sorprendió al ver un mensaje de Tanjiro.

—¡Hola, Muichiro-kun! ¿Cómo estás? ¿Todo salió bien con lo que tenías que hacer?—decía el mensaje.

Sintió una punzada de nerviosismo al principio, pero respiró hondo y respondió.

—Hola, Tanjiro. Estoy bien, y sí, se podría decir que todo salió mejor de lo que esperaba—contestó, refiriéndose a su hermano mayor.

En realidad, la preocupación seguía latente en su mente, pero intentó mantenerse firme, confiando en que todo se resolvería a su debido tiempo.

La conversación continuó; compartieron detalles de su día y algunas anécdotas. Tanjiro era quien más hablaba, o mejor dicho, escribía, mientras que Muichiro se limitaba a contestar cuando se le pedía su opinión.

Uno de los temas que surgió fue un incidente en el que un hombre había acosado a la hermana menor de Tanjiro, lo que provocó que él, furioso, le diera un cabezazo.

Muichiro se sorprendió al leerlo, pero pudo entenderlo en cierto modo. Recordó las palabras de su padre, quien siempre le enseñó que la violencia no era necesaria para resolver conflictos, y que el diálogo era la herramienta más civilizada.

Sin embargo, también recordaba lo que su hermano Yuichiro solía decir: que algunas personas merecían una lección.

No aprobaba la violencia, pero entendía que en ciertas situaciones, una respuesta firme podía ser necesaria.

Reflexionó sobre ello un momento, antes de que una pregunta cruzara por su mente. Sin dudarlo, le escribió:

—Tanjiro, ¿por qué decidiste acercarte a mí?

Sentía curiosidad, ya que normalmente no era el tipo de persona a la que otros se acercaban. Aunque disfrutaba de la compañía de Tanjiro, quería entender qué lo había llevado a querer conocerlo.

Poco después, recibió la respuesta:

—Simplemente me pareciste interesante y quise conocerte. Además, creo que todos deberían tener un amigo, alguien con quien no sentirse solos y en quien apoyarse.

La respuesta le sacó una pequeña sonrisa. Le gustó, aunque aún no terminaba de comprender qué había visto Tanjiro en él.

—Eh, Muichiro, ahora tengo que irme a ayudar a mi madre y a mi hermana en la panadería. Mañana por la mañana hablamos, me gusta más verte en persona y charlar contigo—escribió Tanjiro.

𝙌𝙪𝙞𝙚𝙧𝙤 𝘾𝙤𝙣𝙤𝙘𝙚𝙧𝙩𝙚 || 𝗧𝗮𝗻𝗺𝘂𝗶 || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora