Traición

311 30 40
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


-¡Maricón de mierda!- Se escuchaba desde una pequeña casa.- Te doy un techo bajo el que vivir, porque mi hermana no utilizó condón y saliste tú. Lo único, LO ÚNICO que te pido es que respetes mi puta casa y no toques los cojones- El joven Secco de 15 años estaba siendo duramente regañado por su tío. Él estaba sentado en una silla, mirando al suelo, a sus pies, a todos lados menos a los furiosos ojos de su tío.

-Lo siento mucho...- Es lo único que salió de su boca. Sabía que una disculpa no iba a solucionar nada, pero estaba demasiado asustado y avergonzado para decir algo más.

-¡Vete a la mierda! ¿"Lo siento mucho"?- Imitó al joven con un tono burlón- No me jodas, por Dios. Si hubiese sido una tía lo podría haber pasado por alto. Joder, restregándote con un tío en mi puta casa. No, si siendo hijo del imbécil tu padre no se puede esperar otra cosa...- Se llevó una mano a la frente.- Mira, pequeño capullo. No te llamo hijo de puta porque yo respeto a mi hermana. Un último aviso: en la calle haz lo que te dé la puta gana, fóllate a los tíos que quieras, drógate y baila desnudo. Pero todo eso hazlo alejado de mi casa. No quiero que sepan que tengo a un bujarra como sobrino, y mucho menos que se trae a otros maricones a mi casa como si fuese un burdel.-

-Entendido...- Dijo Secco sin dejar de mirar sus propios pies.

-Y a partir de ahora no hablarás, ni estarás en la misma habitación que mi hija, a no ser que sea necesario o yo te dé permiso.-

-¿¡Qué!? ¡No puedes prohibirme ver a Dania!-

-Claro que puedo, y lo voy a hacer. Un pervertido como tú no se va a acercar  a mi hija. Bastantes problemas tiene ya, como para que encima estés tú pensando cosas indecentes mirándola-

-¡Eso no tiene ningún sentido! Joder, ¡que vivimos en la misma casa! No voy a dejar de ver a mi prima porque seas un fósil mentalmente- Respondió el chico muy indignado. Secco y Dania no eran los mejores amigos. La mayor le sacaba cinco años. Rara vez se demostraban admiración o afecto. Su relación era como la de dos hermanos que aprenden a llevarse bien porque viven en la misma casa y tienen que compartir espacio entre ellos. A pesar de esto, Dania había ayudado a Secco en muchas cosas, como cuando tuvo que aprender a leer (a una edad algo avanzada, unos ocho años), enseñarle el concepto básico del respeto, incluso a gestionar la muerte de sus padres cuando se sentía confuso y perdido por ello. Así que se asustó al sentir que perdería a alguien importante si ni siquiera podía estar con ella en la misma sala.

-Mira maricón de mierda...- Se acercó a la cara del adolescente de forma amenazante. Secco solo reprimió una mirada de pánico, sustituyéndola por una cara desafiante- ¿Sabes qué va a pasar si te pones chulo? Te voy a dejar la cara hecha un cromo, hasta el punto de que nadie te pueda reconocer. Así no podrán identificarte, y no seré el tío del putón del barrio. ¿Te queda claro?-

-S-sí...-

-Pues fuera de mi vista ahora mismo...- Fue lo último que dijo su tío antes de que Secco saliera de casa. 

¿Vamos a por un helao'? ///Secco x Zero///Donde viven las historias. Descúbrelo ahora