Capítulo 1

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"Pesadillas y sueños que se hacen realidad"

Nueva York 2024



Todo era como lo recordaba; fuego, escombros, gritos, patrullas, ambulancias y un sin fin de ataques.

Estaba de nuevo ahí, el terror frente a mis ojos y yo no podía hacer absolutamente nada. La única diferencia era que ya no tenía 10 años.

Mientras miraba asombrada al frente no me percate que una mano se había posado sobre mi hombro.

-Kate -susurro la voz cerca de mi oreja.

Creí que era mi madre, sin embargo se escuchaba distorsionada. Diferentes voces en una.

Muy lentamente me gire sobre mis talones, esperando ver al protagonista de aquella voz, pero al voltear, no había más que una figura alta envuelta en humo verde oscuro, tan oscuro que parecía negro.

-Nos volvemos a encontrar -dijo aquella cosa.

Al fin reaccione, aquel era él ser que había hecho todo el daño que había tras mi espalda, todo ese caos, destrucción y muerte. Era su culpa.

Retrocedí varios pasos alejándome de su toque. No quería estar cerca de un monstruo.

-Aunque te escondas -decía mientras daba más pasos hacia mí, obligándome a acercarme a la orilla -siempre voy a encontrarte, Katherine.

¿Cómo me conoce? ¿por qué sabe de mí?

Al ya no tener a dónde dar marcha atrás me detuve en el borde del vacío y cuando él estuvo a centímetros de mí levantó su mano y acaricio mi mejilla, no pude evitar estremecerme ante la sombra fría.

Cerré los ojos por un momento pero volví a abrirlos al sentir una presión sobre mi cuello.

-Nadie -volvió a hablar, parecía ser que las voces se convertían en una pero su agarre no dejaba de hacerse más fuerte -escapa nunca de mi -había un deje de odio en su voz mientras me empujaba más hacia el vacío. -Ni siquiera tú.

De la nada deshizo su agarre. Con el corazón en la garganta miré por última vez su rostro, que parecía empezar a tener forma, sin embargo solamente alcance a ver unos ojos azules, tan intensos, tan llenos de maldad, para después nada, porque ahora estaba cayendo al vacío.

Brinque de la cama asustada.

Todo fue una pesadilla, como últimamente las tenía. Casi todas eran iguales, en unas volvía a ser una niña, en otras era mi yo de la actualidad, pero siempre terminaban igual: él empujándome hacia la nada.

Ya habían pasado 12 años desde el ataque a Nueva York. El disque "Dios" de no sé dónde, había desaparecido y los alienígenas fueron derrotados por los héroes de la ciudad -claro que uno de esos héroes fue el que me salvó la vida, desde ese año Clint Barton, mejor conocido como Hawkeye, fue mi Vengador favorito-. Supuse que en mi intento por no saber nada más sobre quién era aquel ser, mis sueños no le daban rostro al que me atormentaba en las pesadillas, pero está vez fue diferente, está vez sus ojos eran azules...

Tal vez todo era el estrés del trabajo.

Si, eso tenía que ser.

Con aquello en mente me tranquilice, cerré mis ojos y conté hasta 10, inhalando y exaltando. Cuando al fin me tranquilice los abrí y miré mi teléfono. Eran apenas las 11:00 am -y yo pensaba levantarme muy tarde ya que hoy era mi día de descanso- al parecer tenía un nuevo mensaje.

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