Capítulo 8

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“Amenazas”

Cuando salimos hacia la sala donde los Vengadores -o más bien dicho Tony- dan las fiestas, me encuentro con muchísimas personas.

Están todas distribuidas por todo el lugar, puedo llegar a reconocer al grupo dividido en 3; Natasha está sirviéndose una bebida mientras habla con Banner, Tony y Thor platican con el agente que me llevó con él cuando llegué aquí en el primer día -que por cierto le debo un favor- junto a un moreno que platican cerca de un balcón en el segundo piso y por último Roger, Clint y Bucky, quienes conversan en los sillones. A quien no logro ver son a los hermanos Maximoff.

–Que buena fiesta –una mujer alta de cabello castaño oscuro se acerca a mí con dos copas. –Soy Maria Hill –se presenta ofreciéndome una de las bebidas.

La tomó con cortesía y le doy un sorbo, dándome cuenta que es champán.

–Kate Bishop –digo amablemente.

–Lo sé, Stark me cuenta que eres una gran arquera. Barton debería tener cuidado, no vaya a ser que le quites el puesto –bromea.

–Uy eso ni imaginarlo, aún que no deberías tentarme así –contesto siguiéndole el juego.

Nos empezamos a reír hasta que alguien se aclara la garganta detrás de mí. Ni siquiera tengo que voltearme para saber quién es.

–Tú debes ser Tom Hiddleston –comenta Hill. Mirando con curiosidad a mi acompañante.

–Lo soy –afirma con seguridad Loki, viéndome de reojo.

–Debo confesar que por seguridad de aquellos muchachos –Hill señala con la cabeza a los Vengadores –tengo que hacer una investigación sobre quién pisa este lugar y más importante quienes se quedan aquí.

En el momento en que empieza a decir aquello mi corazón empieza a acelerarse. Lo peor de todo es que ni siquiera suena a una amenaza, su voz es calmada. ¿Será que ya lo sabe?

–Me parece un hecho importante –contestó Loki mordaz.

–Y descubrí que extrañamente no existe ningún archivo sobre ti –señala la mujer con sospecha.

Ahí está, ¡Lo sabe!

–Soy un hombre con una vida muy privada –Loki se cruza de brazos y mira hacia la fiesta, como si tal conversación le pareciera aburrida.

–Me temo que cuando se trata de un simple ciudadano, no llega a escaparse me nada y usted no tiene ningún registro. Eso es peligroso señor Hiddleston –Hill alza una ceja a su dirección –¿Por lo menos tiene acta de nacimiento? ¿Registro de vacunas? ¿Una identificación?

Noto que Loki empieza a desesperarse por el cuestionamiento, así que intervengo antes de que el pelinegro diga algo estúpido.

–A lo mejor es un error del sistema –sugiero lo más conveniente que puedo. –Si nos disculpas queremos bailar un rato, está canción es una de mis favoritas.

Tomó el brazo de Loki y lo arrastro hacia la pista donde varias personas bailan, no dándole tiempo a Hill de refutar.

Mientras esquivamos a la gente que se interpone en nuestro camino dejo la copa en un mueble mientras Loki dice:

–¿Bailar? –pregunta hastiado. –No tengo ganas.

–Deja de poner pretextos –le digo al momento en el que llegamos a la pista –A no ser que no sepas bailar.

Parece ser que eso toca una fibra sensible de él ya que toma mi cintura con ambas manos, yo subo las mías a sus hombros.

Por lo visto la mejor manera de hacer que Loki haga algo es diciéndole que no sabe hacerlo. Tomó nota mental de eso.

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