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Un poblado pequeño en Alemania.
Simone acababa de dar a luz a dos gemelos. Tom, el mayor por 10 minutos. Y Bill.

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Llegué a casa con Tom y Bill. Eran apenas del tamaño de mi brazo.
Estaba cansada. Un parto realmente agotador.

Lunes
3:00 a. m.

Chilló un bebé en la habitación de al lado. Los sonidos era insoportables.
Luego noté que no solo era uno, los dos estaba llorando.
Sola no podría. Realmente me sentía cansada.

Agarré una bata y me la puse. Me dirigí a la habitación.
Ya habían pasado días desde el parto. Y increíblemente no estaba en cama inmovil. Jorg no se había aparecido por el cuarto desde hace un mes.

Tomé a Bill que estaba en una esquina de la cuna de bebés. Tom se había callado, pero Bill seguía en llanto.

4:30 a. m.

No lograba conseguir que Bill dejé de llorar. Apenas podía moverme, que ya lloraba nuevamente y al paso también despertaba a Tom.
Iba a ser una noche larga.

1 mes

–'Toc toc toc'– Llamaron a la puerta. Abrí y era Jorg.
–¿Cómo se encuentran?–Preguntó Jorg y se metió sin consultar. Fue a a la sala, dónde en el sofá se encontraba la cuna de Bill y Tom.

–¡A ver a mis niños!–Levantó a el mayor de los gemelos. –¡Debes ser Tom!– Besó delicadamente la frente del mayor. –Eres idéntico a mi. ¡Tan guapo!–Jorg solo admiraba a Tom. Que por cierto no era conciente de nada aún.


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