Doll

Andreas

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Bill^°

Desperté y no sentí a Tom a mi lado. La noche anterior, me había sentido raro, y decidí volver.
Abrí los ojos y giré, no estaba.
Me levanté y fuí a el baño. No estaba ahí; bajé a la cocina, tampoco. Subí nuevamente al cuarto, y lo llamé.
Sonó un rato, pero no obtuve respuesta alguna.
Dos llamada, tres. Y luego apagó el celular. ¿Sería mi culpa? Si, le dije, se asustó y se fue. Soy tan tonto.
Lo había espantado, seguro me tenía asco.

Me vestí rápidamente y salí. Caminé cuadras, y no había nadie. El parque estaba vacío, nada.
En la esquina ví a un señor que recogía la basura del lugar y me acerqué.

—Hola, disculpa, ¿no vió quizás, a un chico por aquí, alto, de pelo largo, claro con rastas?

—Emm, si. Se fue con una joven, por ahí— Respondió el señor señalando a la siguiente cuadra.

Sentí desesperación, tristeza, miedo e ira a la vez. Como mi respiración aumentaba y mis ojos empezaban a ver borroso. Probablemente yo estaba exagerando, pero me hizo sentir muy mal.

—Gracias.

Salí corriendo del lugar. Corrí por varios minutos, con los ojos llorosos, mientras todos mis sentimientos se acumulaban sin saber por qué me sentía así, Hasta que choqué con un chico, cayendo con fuerza al suelo.
Quedé inconsciente un momento, y al abrir nuevamente mis ojos, ví a un tío de pelo corto y rubio a mi lado, viéndome directamente, preocupado.

—¿Estás bien?, Perdón, ¿te golpeaste muy fuerte?— Preguntaba el chico, que se me hacía familiar.

—S-Si, estoy bien.

—Espera.. ¿Bill?

—¿Qué?

—Soy Andreas, ¿no te acuerdas de mi?

—AHHH, ¡Andreas!, Hola... ¿dónde estuviste?— Sonreí un poco, levantándome del suelo aún adolorido.

—Fui a Los ángeles, con mi tía, pero murió hace un mes, y regresé. ¿Qué fue de ti? ¿hiciste amigos?

—No, la verdad no.

—Ya veo, aún no te gusta hablar mucho con los demás.

Lo miré nuevamente, Andreas Lucía muy bien, no lo hubiera reconocido.