Fetiche

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Tom

Estaba con Heidi, en pleno acto. Lo más falso. Mi nueva novia.

De repente, la puerta se abrió y Bill nos sorprendió en medio de nuestro falso afecto. Vi su expresión cambiar de sorpresa a dolor mientras sus ojos se llenaban de lágrimas. Me sentí terriblemente culpable, pero una voz en mi cabeza seguía diciéndome que no podía dejar que Bill supiera la verdad. Me quedé en el cuarto con Heidi.


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Bill


Esa noche, salí a caminar en un intento por despejar mi mente. Fue entonces cuando me encontré con Andreas, mi amigo cercano. Sin embargo, su mirada hacia mí era diferente, cargada de un deseo que me sorprendió. Antes de que pudiera reaccionar, Andreas me besó.

Confundido y sin saber qué hacer, regresé a casa con la mente llena de pensamientos. Decidí salir con Andreas, pensando que tal vez podría olvidarme de Tom y de toda la confusión que sentía.

Los días pasaron, estuve durmiendo en la casa de Andreas por unas semanas. Pero ya estaba de nuevo en casa. Hice pasar a Andreas, para presentarle a mamá. 

-¿Eres gay?- Dijo mamá con la boca abierta y los ojos como platos mientras le contaba lo de Andreas y yo. Andreas sonreía tímidamente.

 Salimos para mi cuarto y me tope con Tom, que en silencio nos vió,  Vi la mirada celosa en sus ojos cuando me vio con Andreas, y una parte de mí se sintió satisfecha al verlo sufrir como yo había sufrido. Lo ignoré y agarré a Andreas de la mano, metiendolo a mi cuarto.


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Tom


Al ver a Andreas y Bill en las cenas familiares, todos melosos. Andreas besando a Bill, me mataba. Finalmente, terminé mi relación con Heidi, incapaz de continuar con la farsa. Bill me amaba, y yo a él, no lo iba a ocultar. 

-Bill, dime la verdad, no lo amas- Lo interrumpí en la cocina, pegando mi cuerpo a suyo.

Me rechazó fríamente y me ignoró por completo, pasando de mi, camino al comedor para cenar con los demás. Su indiferencia me dolió más de lo que esperaba, y me di cuenta de que había perdido la oportunidad de tener algo.  Me quedé en silencio, sin moverme un rato, mirando a algún lugar. 


-


Bill



Días se convirtieron en semanas, y mi relación con Andreas se volvió cada vez más insostenible. A pesar de sus intentos de acercamiento que yo correspondía casi auto-obligado, no podía dejar de pensar en Tom, por más que lo intentara.

No iba a negar que el rubio era tremendo. Lindo, y amable conmigo, pero no lo amaba, y él ya se estaba dando cuenta. Solo que no sabía nada de lo que pasaba entre Tom y yo.



DollDonde viven las historias. Descúbrelo ahora