Un Hijo Tuyo

Dudas

U- Espera, quiero echar un vistazo - dijo Christopher, buscando argumentos para convencerla de que era una locura, sintiéndose disgustado ante la idea de que Dulce, su Dulce, fuera a un banco de esperma. Luego, abriendo la carpeta, la leyó. No hay mucha información aquí.

D- Bueno, estos son informes preliminares. Si me gusta un candidato, ya no tengo que pedirle información detallada. El informe es tanto a nivel personal como físico. Familia, beneficios académicos, ese tipo de cosas.

U-¿Y quién proporciona esta información?

D- El informe se realiza tras una evaluación médica y un test de personalidad, pero la mayoría de los datos los aporta el donante.

U-¿Y alguien puede demostrar que lo que dicen es verdad?

D-Bueno, no lo sé, pero ¿por qué mentirían?

U- No lo sé, pero suponiendo que esta información sea cierta me parece... ¿No es muy arriesgado? Leí el caso de un hombre que sabía que tenía un problema genético hereditario, un defecto cardíaco poco común que causa la muerte, y no lo menciono en su declaración. Después se sintió culpable y consultó a un asesor, pero ya era demasiado tarde. Su esperma había sido utilizado en asuntos vanos. Surgió una situación complicada.

D-Bueno, este será un caso aislado, ¿no crees?

U- Sí, pero la decisión es irreversible - insistió Christopher con impaciencia -. ¿Qué pasaría si al donante se le olvidara mencionar que hay casos de diabetes en su familia, o esquizofrenia, o cualquier otra enfermedad genética?

D- Los donantes son examinados antes de aceptar su esperma, contestó Dulce -. Se realiza una prueba física y una genética. Tengo informes sobre esto.

U- Los médicos no pueden demostrarlo todo - señaló Christopher -. Además, ¿cómo se sabe si estos hombres dicen la verdad?

D- No... No lo sé, dudo que lo sepan, dijo Dulce perpleja. Se supone que responden todas las preguntas correctamente.

U-Y tal vez sea así - prosiguió Christopher -. Estoy seguro de que en el noventa y nueve por ciento de los casos estos hombres dicen la verdad. Bueno, tal vez todos, incluido. Pero debes aceptar la posibilidad de que mientan, por tu propio bien.

D- ¡Maldito seas, Christopher! - suspiró Dulce -. Debería haber sabido que hablar contigo sólo me confundiría más.

U- Gracias.

D- No fue un cumplido, sonrió Dulce, guardando la carpeta en su bolso, preocupada. Pensé en hacerme la inseminación después, cuando ovulé, pero ahora voy a tener que meditar más.

U - Bien.

El resto del almuerzo transcurrió sin incidentes.

Dulce tuvo que reemplazar a uno de sus empleados, por lo que tenía prisa.

Al despedirse y besarla en la mejilla, la fragancia de Dulce invadió a Christopher inesperadamente. Estuvo a punto de abrazarla, pero se contuvo dio un paso atrás y se puso un dedo en el pecho: - Recuerda, el mes que viene a la misma hora, en el mismo lugar.

Christopher se despidió y la observó mientras Dulce caminaba por Arlington Street. Finalmente dio media vuelta y se dirigió hacia su oficina en State Street, en el distrito financiero.