Sueño cumplido

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U- Lo sé - respondió Chritopher, estrechándole la mano -. Vas a ser una madre maravillosa.
Seremos grandes padres.

Las palabras de Christopher resonaron en la mente de Dulce, haciéndole comprender la importancia de la decisión que había tomado. Los dos juntos. Haría falta algo de tiempo para acostumbrarse a la idea.

Estaba embarazada.

Al final de la tercera semana, un último análisis de sangre confirmó que el nivel Beta había aumentado considerablemente. Además, tenía ocho días de retraso y Dulce nunca llegaba tarde.

Según el médico, a partir de ese momento su embarazo fue tan grave como cualquier otro. Un bebé. Dulce sintió que se le llenaban los ojos de lágrimas. Hasta ese momento, ni siquiera se había dado cuenta de cuánto le costó ese hecho. No podía esperar para contárselo a Christopher. Dulce salió de la clínica y se subió al auto. Marcó el número de teléfono de Christopher con mano temblorosa.

D- Hola - respondió con voz profunda.

U- Hola. -

Christopher se rió al ver que ella no decía nada.Dulce Lo imaginó en la oficina, contemplando el paisaje a través de la ventana.

U- ¡Hola! ¿Todo bien? ¿Qué harás hoy?

D- Adivina.

U- Um... Da una pista.

D- Fui al medico.

U- ¡Tonto! ¿Vamos a ser padres?

D- Sí, estoy casi segura, respondió ella alegremente, sin ocultar su felicidad. Todos los signos son positivos.

U- ¡Viva! Dul... ¡Es maravilloso!

D- Sí. ¡No puedo creerlo! ¡Oh, Christopher, me alegro mucho!

U- Sí, conozco ese sentimiento, respondió jubiloso. Me gustaría estar contigo ahora, para celebrar.

Dulce también lo quería. Sin embargo, no dijo nada. Éste no sería un matrimonio como cualquier otro. No debería esperar que Christopher estuviera a su lado todo el tiempo.

D- No importa, esta noche lo celebraremos.

U- Salgamos a cenar, hagamos algo especial, continuó Christopher, haciendo una pausa.

U-¿Significa esto que podemos casarnos?

D- En doce semanas, ¿recuerdas? - Respondió Dulce tras una pausa, reprimiendo las ganas espontáneas de gritar que sí.

U- Correcto, dijo con más calma. Así que nos vemos esta noche.

Dulce colgó, preguntándose por qué se sentía un poco decepcionada. Estaba embarazada... Excepto... Todo había cambiado entre Christopher y ella durante las últimas dos semanas. Se habían acercado el uno al otro, pero de una manera diferente a la habitual. Para
Dulce, era fácil olvidar la razón por la que estaban juntos. Muy fácil, fingiendo que estaban enamorados.

Después de la fiesta del Año Nuevo Chino, se habían vuelto a ver varias veces. Christopher no la había vuelto a besar, pero le había apretado la mano o le había pasado un brazo por los hombros. Muchas veces intentaba tocarla. Tanto es así, que Dulce tuvo que contenerse para no pedirle que la besara. Cheistopher se comportaba de tal manera que era fácil pensar que estaban enamorados. Él la atendía atentamente, sus ojos se iluminaban al mirarla, se interesaba por cada una de sus palabras. Esa tarde le envió un ramo de rosas y violetas. La tarjeta la hizo sonreír. Decía: Gracias por hacer realidad mi sueño. Era fácil malinterpretar esas palabras, pero la intención de Christopher no había sido romántica. El sueño al que se refería era tener un hijo.

D-Gracias por las flores", dijo cuando él llegó esa noche a recogerla.

U-Me pareció un detalle apropiado, Christopher sonrió, acercándose a ella para sostenerla fuertemente entre sus brazos, levantándola del suelo.

U-. ¡Será maravilloso!

Dulce asintió, luchando por liberarse mientras su pulso se aceleraba. Christopher aprovechó cada oportunidad que pudo para tocarla, fingiendo inocencia. Dulce estaba segura de que lo hizo a propósito y eso no era justo. En sus brazos era muy fácil olvidar el acuerdo al que habíamos llegado.

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