Japón

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Recordaba muy bien su estadía en la casa del señor USSR. Fue corta, pero lo que pasó ahí fue realmente importante pues aprendió un par de cosas.

1. Su padre era terco, no importaba si su vida estaba en peligro, el se aferraria a sus ideas sin importar que.

2. Evitar conflictos con USA. Ahora tenía un inmenso miedo a las bombas, no podía ver a algún país sufrir como lo hizo su padre, gritando y retorciéndose de dolor.

3. Y por último. Le gustaban las historias románticas entre hombres. Aunque claro, su padre y el señor USSR no tuvieron una historia romántica, más bien fue despecho, tristeza y ¿Apoyo?

En fin, esa extraña relación que logro ver por unos días (y muy poco porque era muy joven y se iba en cuanto se quitaban la ropa) fue la que le acercó a meterse un poco en la vida amorosa de los demás, pero para hacerlo tuvieron que pasar muchos años, al mismo tiempo en que descubria quien era.

Cuando se fue de la casa de los sovieticos había experimentado aquel sentimiento de amor infantil. Fue triste tener que dejar a toda esa familia compuesta principalmente por niños, solo pensaba en que se sentiría solo al no tener alguien con quien jugar, y ese día se dedicó a despedirse de cada uno con un dibujo, uno para cada quien, hasta para el señor USSR dónde lo dibujaba a él curando a su padre. Fue agradable recibir esa pequeña caricia en sus orejas.

Pero hubo una reacción que le hizo aún más feliz.

RFA- ¡Enserio lo hiciste tu! - Grito sorprendido mirando con sorpresa el dibujo de el riendo junto a su hermano, ambos abrazados en el portal de la casa.

El pequeño nipones asintió temeroso. Muchos tuvieron esa reacción, hasta el mismo señor USSR le dijo que dibujaba muy bien para su edad, aún así daba vergüenza por los comentarios tan lindos.

RFA- Realmente eres muy bueno, se ve tan genial. - Seguía mirando los detalles, a pesar de ser algo marcados y con algunos repasos en las líneas, seguía siendo un dibujo muy bueno. - Mi papá solía pintar, una vez nos pinto a RDA y a mí, fue...fue un día divertido.

En ese entonces Japón no entendía la expresión de Alemania, pues sonreía pero parecía no querer hacerlo, además de que sus ojos estaban llenos de lagrimas. ¿Acaso no estaba feliz? Y si estaba triste ¿Por qué sonreía?

Años después entendió que el alemán extrañaba a su padre, y que recordarlo le hacía feliz y al mismo tiempo le dolía por no tenerlo más.

Hubiera querido abrazarlo. Si tan solo hubiera sabido que el papá de RFA estaba muerto le habría apoyado más en ese entonces.

Jap- Un día yo te voy a dibujar y será un día igual de divertido, y un gran dibujo. - Fue su respuesta a los sentimientos melancólicos de RFA. Se asustó cuando el alemán le miro serio y muy pero muy callado, pero no tardó en hacer aquello que le cautivo.

Una carcajada tan fuerte salió de esos labios amarillos. Nunca supo que tenía de diferente a las otras veces que le vio reír, pues fue el mismo tono, la misma expresión y los mismo dientes que se dejaban entrever. Pero eso fue suficiente para que su cara se pusiera caliente, y podía asegurar que estaba bastante sonrojado.

RFA- Esperaré pacientemente para ver eso. - El tacto que sintió fue diferente. Todo el mundo acariciaba sus orejas, pero los dedos del alemán se sintieron de sobremanera, como si hubiera tenido la piel sensible, como si le hubiera quemado con la yema de sus dedos. - Por mientras sigue practicando, se que puedes dibujar aun mas genial.

Alemania era tan amable en ese entonces, sonreía a todo el mundo y les ayudaba con cualquier cosa que le pidieran. Era como un héroe al que no vería hasta después de varios años.

Lo curioso es que nunca supo que lo amaba, él era ajeno a sus propios sentimientos, los confundía y los negaba todo el tiempo. Fue una lastima que se haya dado cuenta de estos cuando fue demasiado tarde.

Aquí con otra historia que no debería de publicar porque tengo que acabar las otras dos, pero bueno, necesitaba sacar esto de mi cabeza.