............................................................................—Tío Simón...— Un Lemy manchado de aceite, con apenas seis años, preguntaba a Simón, quien estaba arreglando una motocicleta.
—Dime, campeón— Simón habló mientras sujetaba un destornillador con la boca, un mono de trabajo sucio y desgastado por el constante uso. Normalmente, Lemy ayudaba a su tío en el taller por pasión (y también para sobrellevar los costes de la familia).
—¿Por qué no me parezco a mi mamá?— Una duda contundente y dolorosa para ambos. Cada vez que Lemy observaba el rostro de su madre, no se podía ver reflejado en él. Por más que buscaba algún parecido, no lo hallaba. ¿Será que la cigüeña se equivocó de bebé para su madre? Totalmente contrario a los pensamientos paranoicos del pequeño rockero, Simón parecía totalmente tranquilo. —¿Y esa pregunta, cowboy?— El rubio dejó de reparar la moto, prestando total atención a su sobrino. Una duda que tarde o temprano tenía que aparecer en el corazón del castaño. Rascó su perilla atento a la respuesta de Lemy.
—Mis amigos de la escuela me han dicho que no me parezco a ella...— El castaño agachó la cabeza. Apretaba los puños porque en el fondo de su corazón sabía que era verdad. Por más que su mente infantil intentaba justificarlo, ya no podía sostener una mentira a voces. Algo dentro de Lemy fue roto al escuchar las dudas de sus compañeros. Se excusaba que solo eran paranoias suyas, pero descubrió que los demás también lo pensaban. —¿Y si tienen razón? ¿Ma-mamá no es mi mamá re-real-realmente?— No pudo mantener la compostura por mucho tiempo. Lágrimas brotaron de sus pequeños ojos marrones junto con un sollozo ahogado.
Repentinamente, Simón agarró los hombros de Lemy. Con sus dedos levantó la mandíbula del castaño, haciendo que lo mirara a los ojos. Hubo un breve silencio donde el rubio parecía intentar ahondar más allá de lo que el iris marrón de Lemy ofrecía. El pequeño rockero estaba confundido, pero aún así seguía soltando lágrimas, haciendo que dejara pequeños charcos en el suelo.
—Lo eres...— El tío de Lemy susurró.
—¿Qué?
—Eres hijo de tu madre, el brillo que hay en tus ojos es el mismo que el de ella— Simón declaró mientras seguía agarrando los hombros de Lemy.
—Escúchame bien, Lemy. Eres parte de esta familia. No permitas que nadie te diga que no eres de aquí. El que te diga eso no es tu amigo ni nada. Eres un Sharp y estás destinado a grandes cosas. Nunca olvides de dónde vienes porque habrá gente que te intentará poner etiquetas o imponerte cosas sobre tu propia vida, pero jamás permitas eso. Tú sabes quién eres y a qué lugar perteneces— El niño prestaba atención a las palabras de su tío. Las lágrimas dejaron de brotar y fueron cambiadas por una leve sonrisa. Simón era decidido con cada palabra que decía, como si fuera un hecho.
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The Loud House: Vida de un pecado
FanficPecado. Está es la palabra que definiría la vida de Lemy Sharp, aunque el viva junto con su madre y hermana una vida mundana, deberá pagar por un pecado único, aquel que lo perseguirá hasta el fin de sus días. Haber nacido. [Saque conceptos de mi an...