La vida de Carina cambia cuando ingresa en Cruz del Sur por error.
Desde el primer momento en el que ingresa en la prisión, unos ojos verdes no la pierden de vista. Lo que no sabe, es que la perseguirán hasta el día de su muerte.
{ZULEMA x OC FEM}
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"me siento rara porque nunca sé que sientes, pero haces que me sienta diferente"
(Diferente, Belén Aguilera)
- ¿Crees que será muy diferente la nueva prisión?
La voz de Saray la distrajo de sus pensamientos. Apartó la vista de la ventana del autobús en el que las habían metido media hora atrás, para mirar a su compañera de asiento. Los oscuros ojos de la gitana le devolvieron la mirada.
- No creo que cambie mucho - respondió finalmente - Es una cárcel, al fin y al cabo. ¿No son todas iguales?
- No lo sé, no he estado en muchas.
- Yo menos - rio ligeramente mientras volvía a mirar por la ventana.
Hacía una semana les habían advertido que las cambiarían de cárcel. A ellas dos y a otras cuantas presas. Ya no había sitio para ellas en Cruz del Sur. Su nueva casa sería Cruz del Norte.
- ¿Qué pasará con Zulema?
- No tengo ni la menor idea.
- ¿La enviarán a Cruz del Norte? ¿O volverá a Cruz del Sur?
- No lo sé.
- ¿Estará bien?
- Ni idea.
- Seguro que si vuelve, estará enfadada.
- ¿Cuándo no lo está?
- Estás poco habladora tú, eh.
- O tú demasiado habladora - sintió un suave golpe contra su hombro antes de que la mano de Saray se uniera a la suya, que se encontraba apoyada sobre su muslo.
En las últimas semanas se habían unido bastante. Alguna de sus compañeras se habría atrevido a decir que "demasiado". Carina nunca había pretendido algo sucediera con la gitana pero, una noche, una cosa llevó a la otra, y el resto es historia.
No es que tuvieran una relación, ni mucho menos, pero disfrutaban de la compañía mutua. Carina sabía perfectamente que el corazón de la gitana pertenecía en exclusiva a Kabila. Aunque aquello no impedía que lo pasaran bien.
Muy bien, de hecho.
- En el fondo la echo de menos.
- ¿A Zulema? - Saray asintió - ¿Por qué?
- Era la única familia que tenía. La única contando con Rizos.
Carina torció ligeramente el gesto. No creía que Rizos actuara precisamente como la familia de Saray en aquella prisión, pero se abstuvo de hacer algún comentario al respecto. Sabía perfectamente lo mucho que se ofendía la gitana cada vez que insinuaba que Kabila no sentía por ella lo que la gitana creía.
