La vida de Carina cambia cuando ingresa en Cruz del Sur por error.
Desde el primer momento en el que ingresa en la prisión, unos ojos verdes no la pierden de vista. Lo que no sabe, es que la perseguirán hasta el día de su muerte.
{ZULEMA x OC FEM}
{...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"y voy cargada de miedos desde esta mañana"
(Me sabe mal, Marlena)
La noche cayó sobre la prisión y Carina empezaba a encontrarse bastante nerviosa por no poder salir de las paredes de su celda. Goya le había dado un respiro de sus insistentes preguntas sobre el amor y cómo identificarlo, pero la mirada de Zulema, fija sobre ella durante toda la tarde, había sido un gran motivo para aumentar su incomodidad.
- ¿Qué hace' pegá' a la puerta?
Carina se abstuvo a poner los ojos en blanco. La confianza que Goya se estaba empezando a ganar en ella no le estaba haciendo ninguna gracia. Casi parecía una jodida madre.
- No tengo sueño.
- E' tarde.
- Pues duerme - gruñó de una forma más brusca a la que pretendía. Goya murmuró algo inteligible pero la pelirroja no se molestó en entenderla. Tenía el presentimiento de que algo malo estaba a punto de pasar. Había silencio, mucho silencio. Demasiado. Le recordó a la calma que se genera justo antes de que algo horrible pase.
- ¿Qué pasa?
Intentó, sin éxito, disimular el sobresalto que la voz de Zulema le había provocado al sonar justo a su lado.
- No sé - respondió con sinceridad - Pero algo raro seguro - añadió, sin apartar la mirada de las puertas de la galería - Hay mucha calma, mucho silencio. Los guardias no están haciendo sus rondas. Es como si no hubiera nadie más que nosotras en la prisión.
La mora observó que esta tenia razón. Parecían detalles sin importancia, y no se habría fijado en ellos, de no ser porque su compañera los acababa de mencionar.
- ¿Qué crees que...?
No tuvo tiempo de acabar la pregunta.
Toda la calma que había fue interrumpida por una tormenta de funcionarios que irrumpió el lugar, porra en mano, golpeando los barrotes de las celdas, y despertando así a todas sus compañeras.
Carina dio un paso atrás por inercia y, sin querer, chocó contra el cuerpo de Zulema. Esta, sin saber muy bien como reaccionar, se agarró a la cintura de la pelirroja para evitar perder el equilibrio.
Sus manos se mantuvieron ahí mientras veían entrar pequeños grupos de funcionarios. Se aferraron con más fuerza a Carina cuando uno de ellos se detuvo frente a su celda y, tras abrirla, las obligó a salir a base de empujones. Uno de ellos fue tan fuerte que Carina terminó tirada en el suelo.
Antes de que pudiera procesar que era lo que estaba pasando, una mano se encontró frente a su rostro: Zulema. Se agarró a ella sin pensárselo dos veces, y pronto se levantó del suelo.
- Gracias - susurró, aún sin soltar la mano de la pelinegra. Esta se limitó a asentir.
Cuando uno de los funcionarios volvió a avanzar hacia ellas, la voz de Altagracia lo detuvo.
