La vida de Carina cambia cuando ingresa en Cruz del Sur por error.
Desde el primer momento en el que ingresa en la prisión, unos ojos verdes no la pierden de vista. Lo que no sabe, es que la perseguirán hasta el día de su muerte.
{ZULEMA x OC FEM}
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"Comprendí que el amor es un cuento, que ya nadie me quiere contar, sólo espero que me puedas encontrar"
(El amor es un cuento, Pignoise)
Los labios de Saray se deslizaban por el cuello de Carina como una serpiente que repta suavemente para cazar a su presa. La suavidad de aquel tejido dio pronto paso a la dureza de unos dientes que mordieron justo el punto exacto que hizo estremecer todo el cuerpo de la pelirroja.
Con los ojos entrecerrados, Zulema observaba la escena que estaba teniendo lugar justo en las gradas del patio, frente a las pistas donde Macarena, Rizos y alguna otra compañera jugaba al baloncesto. ¿Por qué tenían que hacer eso en un sitio público ¿Acaso no tenían un lugar mejor al que ir? Asqueroso, simplemente asqueroso.
- ¿Estás disfrutando de las vistas? - Macarena se había detenido a su lado, siguiendo la dirección de su mirada, y sus labios se habían cubierto por una mueca burlona - Terminarás por acostumbrarte a lo que ves. Al principio se mantenían bastante discretas, pero ahora... Parece que la pasión las ha desbordado por completo - se podía percibir con claridad el sarcasmo en el tono de Macarena, que se había acercado a Zulema con la simple intención de molestarla.
- Y a mi que me cuentas - replicó la mora, aún sin apartar la mirada de ambas mujeres, que ya se habían alejado. Aunque no demasiado. Ni siquiera el hecho de saber que aquello era una farsa me ayudaba a mantener a raya esa molestia que parecía haberse anclado a su pecho.
- Pensé que te resultaría molesto ver como tú mejor amiga te cambia por otra.
- ¿Estamos en el instituto, Macarena? - esta vez si que miró a la rubia, sin muchas ganas - Porque a mi me parece que no.
- Y a mi me parece que hay algo que te molesta - replicó, mientras se alejaba. Zulema no se molestó en decir nada más. Para cuando volvió a mirar a la pareja, se encontró con los ojos de Carina sobre ella, como si hubiera sido capaz de escuchar la conversación. Cosa que era imposible, pues la distancia entre ambas era bastante grande.
- ¿Qué estás mirando? - le preguntaba Saray justo en ese momento.
- A Zulema - respondió con sinceridad, consiguiendo entonces que la mirada de la gitana siguiera la suya - Nos estaba mirando.
- Estará celosa - respondió Saray con una amplia sonrisa - ¿Qué? No me mires así. Yo sé que en Cruz del Sur os traíais algo vosotras dos - se inclinó peligrosamente hacia ella - ¿O me lo vas a negar?
- Puede que nos besáramos en alguna ocasión. Pero fue sólo eso - se apresuró a aclarar, sabiendo que aquello no era del todo cierto. Si cerraba los ojos todavía podía sentir la humedad de Zulema en sus dedos. Y eso, tenía que reconocer, la seguía poniendo bastante cachonda.
