Birthday

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Natsuki y Yuuko caminaban rumbo a la universidad

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Natsuki y Yuuko caminaban rumbo a la universidad. Sus manos estaban unidas y sus dedos entrelazados. Ninguna de las dos terminaba de dar crédito a lo sucedido entre ellas la noche anterior, a cómo lo que inició como una cena de cumpleaños terminó con ellas abriendo sus corazones y dando el gran paso para establecer una relación romántica entre ellas.

—Natsuki Yoshikawa —murmuró Yuuko de repente—. Suena bien, ¿no crees?

—Creo que Yuuko Nakagawa suena mejor —replicó Natsuki con una sonrisa burlona.

—¡¿Ah?! ¡¿Por qué tendría que cambiar mi apellido?!

—Eso mismo pregunto yo, chiquilla.

—Yo soy la mayor de las dos —argumentó Yuuko con orgullo—. Es natural que sea yo quien conserve el apellido.

—Pero si fui yo quien tomó la iniciativa en nuestro primer beso.

—Sí, en la boca, pero el primer beso de todos lo di yo.

Natsuki comenzó a reír, algo que hizo a Yuuko hacer un mohín, creyendo que aquella risa era por el beso en la mejilla que ella le había dado semanas atrás.

—No puedo creerlo —habló la joven Nakagawa entre risas—. Ni siquiera llevamos 12 horas de novias, ¿y ya estamos discutiendo por quién conservará el apellido cuando nos casemos?

—¿Tiene algo de malo que quiera que lo nuestro sea duradero?

—Para nada, pero ni siquiera sabemos si realmente van a legalizar los matrimonios igualitarios alguna vez en esta sociedad tan conservadora.

—Ten algo de confianza en las nuevas generaciones —pidió Yuuko, apretando un poco la mano de Natsuki—. Además, siempre podemos hacer alguna ceremonia simbólica. Quizás no tenga la misma validez legal, pero el compromiso que representa es algo que puedo cumplir sin inconvenientes.

Ambas se sonrieron y continuaron su camino. De repente, escucharon unos pasos acercándose a ellas con rapidez, para luego sentir a alguien abrazándolas por la espalda.

—Buenos días, compañeras —saludó aquella persona con voz animada—. Y feliz cumpleaños, Natsuki.

—Gracias, Miyuki. Parece que hoy estás de muy buen humor.

—No es la única, según veo —intervino Hibuki, caminando tras ellas.

—¿Recibiste algún buen regalo? —Miyuki formuló esta pregunta moviendo sus cejas de forma sugestiva mientras se separaba de sus compañeras de banda.

—Bueno, mi novia me regaló el nuevo disco de una de mis bandas favoritas autografiado por todos sus integrantes, así que sí, recibí un buen regalo.

—Vaya, qué bien. —Los cuatro continuaron caminando hasta que Miyuki cayó en cuenta de la palabra que Natsuki utilizó—. Espera, ¿tu novia? —Justo hasta ese instante, la bajista notó que sus compañeras de banda estaban tomadas de la mano—. Eso significa que ustedes dos...

No me dejes en paz, sé mi pazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora