Shame & Thuth

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Beomgyu

Mi corazón bombeaba con tanta fuerza que parecía seguro que iba a salirse de mi cuerpo. Mis dedos se crisparon y luché por no cerrar los ojos, sin ver apenas nada delante de mí en la lúgubre habitación mientras las vibraciones del plug anal me batía las entrañas. Mi polla palpitaba y se alargaba tanto que me daba vergüenza, y los agudos cosquilleos que se extendían hacia mi pelvis desde lo más profundo de mi culo me hacían sentir lo suficientemente bien como para resultar obsceno en una sala llena de gente.

La excitación luchó con la vergüenza cuando miré por encima del hombro y King seguía mirándome. Alguien se abalanzó sobre mí, evidentemente borracho, y me empujó unos pasos hacia la izquierda. Gemí en voz baja mientras el plug se movía dentro de mí. Cerca de allí vi a Jake apoyado en una pared con una cerveza en la mano, y me lanzaba una mirada de muerte.

Me encogí por dentro, lo evité y di unos pasos hacia delante para alejarme de él.

Hasta ahora no me había delatado, pero era evidente que no estaba contento con la situación.

De repente, las vibraciones del plug pararon y pude oír a King riéndose detrás de mí, cerca de la barra. Mi polla se sacudió y una necesidad se arremolinó en mi ingle. Los músculos de mi culo se apretaron contra el plug y jadeé. Me sentí aliviado de que el juguete se hubiera detenido, pero también peligrosamente decepcionado.

Mierda, ¿Quería que King me hiciera venir aquí? No habría forma de ocultarlo. Otra cálida oleada de cosquilleos recorrió mi cuerpo cuando volví a mirar a King y lo encontré bebiendo y observándome. ¿Quería que fuera a hablar con la gente? Le seguiría el juego. Le daría munición para este pequeño juego suyo, y luego quizá volveríamos a subir y me follaría. Si tenía suerte, me poseería como lo había hecho antes.

Me preocuparía por todo lo demás, incluyendo mi cordura, mañana.

Una última mirada detrás de mí me pareció una buena idea, pero King me lanzó una sonrisa de satisfacción. El ruido de la música y la fiesta se apresuró a golpear mis sentidos, pero la diversión de King me hizo sentir una humillación extrañamente agradable en las tripas, junto con un destello de calor. Por la duodécima millonésima vez esta noche me pregunté qué mierda estaba haciendo. Debería haberme ido ya. Debería haberme ido a buscar a Artino. Debería haber informado de esto. Debería haber hecho tantas cosas de manera diferente, pero no lo había hecho.

En vez de eso, había abierto mis piernas para King y le había ofrecido mi trasero.

Carajo, ni siquiera me preocupaban tanto los muertos que habíamos dejado en el caballete del tren. Deberían importarme mucho más de lo que lo hacían, criminales o no. Hablando en términos conservadores, probablemente habíamos roto unas cincuenta leyes esta noche como grupo.

Y yo estaba pensando en estupideces como nosotros. Esto es malo.

Y las cosas que había hecho con King... ¿Que seguía haciendo con él?

Temblando, volví a mirar por encima del hombro, pero King estaba apoyado en la barra, hablando con un hombre que no conocía, alto y con traje, lo cual era raro para este lugar. El hombre nuevo se rio y se subió las gafas a la nariz, con los bordes dorados brillando en la poca luz. Cuando me di la vuelta para tambalearme hacia los sofás, un hombre grande que creía que se llamaba Changbin estaba delante de mí, y no estaba seguro de dónde había salido. Era más alto que yo por un buen metro, y no era mal parecido.

La barbilla le brillaba con una barba oscura y sus hombros lucían como si levantara carros en su tiempo libre.

—Changbin —dijo, extendiendo una mano. Asintiendo con la cabeza, metí mi mano en la suya. El plug de mi culo emitió una breve ráfaga de vibraciones y jadeé. King es un jodido cabrón. Las cejas de Changbin se fruncieron.

I'm the King (Yeongyu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora