I'm the King (Yeongyu)

Holy S**t

Yeonjun

Mis hermanos se habían reunido en la sala de reuniones. Hice rodar los hombros y miré a todo el mundo. Los ejecutores oficiales no eran los únicos que estaban presentes: todos los miembros del club que Soobin y Jay podían reunir con poca antelación estaban aquí. Con Beomgyu viendo a su jefe y presentando su renuncia, pensé que sería el momento perfecto para contar la situación a los chicos, explicarles toda la jodida cagada. Tuve que admitir que me sorprendió la rapidez con la que vinieron, casi como si estuvieran esperando a que yo diera la orden.

Me senté en mi silla habitual al final de la mesa rectangular de madera, con Jay y Soobin a cada lado. Eric se sentó al lado de Jay, con los labios pintados de negro como de costumbre, y aunque no me miraba directamente, sus ojos contenían un calor de ira que sentí hasta el fondo. Ya nos habíamos peleado antes, habíamos recurrido a los puños más de una vez, pero esto era otra cosa. En el pasado habíamos sido capaces de alejar los malos sentimientos; esta vez tendríamos que hacer las cosas de otra manera. Había dejado entrar a un agente encubierto de la ATF en nuestro club sin decírselo. Normalmente le contaba todo.

—Está bien, hagan sus preguntas—Me incliné hacia atrás en mi silla, con los dedos unidos sobre mi estómago mientras miraba alrededor de la multitud de hombres. Los que no estaban sentados estaban de pie, algunos con la espalda apoyada en la pared. La mayoría eran los oficiales en los asientos. Más de la mitad de los brazos de la sala estaban cruzados. Taehyun también estaba aquí, de pie detrás de Soobin con sus manos agarrando los hombros de éste. Parecían una unidad sólida, apoyándose mutuamente, y eso me alegró de verlo, aunque Soobin estuviera cabreado conmigo.

—¿En qué mierda estabas pensando, King? —Esto vino de Mingi, y no me sorprendió que fuera el primero en hablar. Mingi estaba al lado de Eric, con la cara tranquila y relajada, pero la tensión de sus hombros decía que estaba todo menos eso. Incluso con Charley sentado en el brazo de su sillón de cuero, la mandíbula de Mingi se tensó y sus ojos ardieron de furia—. Podrías haber hecho que nos metieran a todos en la cárcel con esta mierda.

—Lo tenía todo controlado —respondí con calma, cruzando los tobillos bajo la mesa—. Jake acudió a mí inmediatamente respecto a quién era Beomgyu, y yo controlé qué información obtenía y cuál no.

—Y una mierda —Mingi se inclinó hacia delante, casi derribando a Charley de su posición. Lo único que salvó a Charley de caer de bruces sobre la mesa fue el brazo de Mingi alrededor de su cintura, manteniéndolo en su sitio—. Si hubieras tenido todo bajo control, la policía no habría irrumpido en la Cortesana y te habría arrestado.

—Madam Winters se está encargando de eso. Está demandando por entrada indebida, y fui liberado sin cargos —Me encogí de hombros—. Nada salió de ello.

Mingi gruñó y se echó hacia atrás contra su silla, mirándolo fijamente.

—King nos dijo a mí y a Jay quién era ese policía encubierto —dijo Soobin, con la voz baja y tensa, como si odiara tener que hablar en una sala llena de gente—. No hizo esto solo.

—Y ¿Eso lo hace mejor? —San se apartó de la pared de mi lado derecho y se acercó. Las ojeras negras estropeaban la piel debajo de sus ojos y sus mejillas tenían un aspecto demacrado que no era saludable. Había pasado todas las noches en el hospital desde el accidente de Wooyoung, o al menos eso había dicho Taehyun. Después de igualar las cosas con los Espectros, se negó a irse, excepto por ahora—. Lo hemos arriesgado todo por este club. Wooyoung está luchando por su vida en la UCI por este club, y ¿Se supone que tenemos que ignorar que es un policía porque te lo estás follando?

Suspiré.

—No empezó así. Estaba jodiendo con él.

—Y luego simplemente te lo follaste —espetó San—. Todo el mundo siempre decía que, si algo nos metía en verdaderos problemas como club, sería tu puta polla y dónde la metías. Siempre pensé que era una tontería, pero ahora míranos.