¡Las Leyendas Avanzan!

Capítulo 57, Noche Lluviosa

En algún lugar de la Tierra:

- Ahhh ahhh ahh... creo que la perdí, perdí a esa alienígena que me estaba siguiendo el paso. Me esconderé en esta caverna, no creo que pueda encontrarme.

Decía un joven de 20 años flaco sucio, no había comido en días, y la mala suerte que ahora le perseguía una especie de coneja de pelaje grisaceo de ojos color violeta y largas orejas, el tamaño de esa coneja es de unos 12 a 15 metros de altura.

Estaba oculto en una caverna pequeña que estaba al costado derecho de una carretera urbana destruida que llevaba a la ciudad Corazón en la región Sinnoh. Paso su cuarta noche, pero estaba tan débil que necesitaba comer para con cautela luego que pasaran una patrulla de Grifos por la carretera usmeando y tomando los automóviles abandonados como si fueran meros juguetes si compararamos en tamaños obviamente, aquel muchacho de nombre Matías empezó a usmear en cada uno de los autos destruidos, aplanados y los intactos que fueron ignorados, obviamente los grotescamente aplanados de pisotones trato de evitarlos porque tenían partes desmembradas o carne molida de personas, de humanos y pokémon que desafortunadamente no pudieron escapar cuando los invasores de manera sádica y malévola pisoteaban a las centenares de personas inocentes en aquella carretera de la muerte prácticamente hablando.

- Eureka!!! ¡¡¡Comida!!!

El muchacho encontró en un carro que estaba en un canal aboyado de la parte lateral izquierda en su maletero mercadería que dicha familia había comprado en el supermercado, obviamente las frutas ya estaban podridas pero las comidas en conserva o tarros de especias marinas como Carvahas en conservas, duraznos en conserva, carne en conserva y agua o refrescos algunos intactos. Saco todo lo que podría en una de las bolsas reutilizables para irse a su caverna para abrir varias latas y comérselas, era un shock de energía para continuar sobreviviendo. El muchacho tenía una foto en su billetera de su mamá y papá los cuales fueron secuestrados ante sus ojos por los invasores cuando ocurrió hace más de 1 año su llegada.

- Mamita... padre... si ya están muertos, ojalá que su muerte haya sido rápida e indolora, me rompería saber que fueron usados para los experimentos de esos gigantes extraterrestres. *sniff sniff*

Una foto de la madre que era una Gardevoir hermosa al lado de un hombre también, eran una familia feliz como cualquier otra, pero todo ahora era desgracia y desolación no solo para este chico para todos los habitantes de la Tierra.

Otra de las fotos de su cartera aparecía Matías con su amigo y compañero pokémon, un alegre y fiel Charizard como también todo su equipo un Torterra, Floatzel , Roserade, Electivire y Staraptor todos muy felices en aquella foto donde alzaban un trofeo de un torneo local pequeño que sumaba puntos en su clasificación mundial.

- Siempre aspiré a enfrentarme a ese perro azulado, a Pedro Armstrong o al segundo Pedro, ambos son iguales de poderosos, lastima que esa batalla que estaba librando ese joven llamado Satoshi o Ash Ketchum estaba tan pareja... tan entretenida, me hubiera gustado saber su desenlace frente al máximo y verdadero campeón de la Tierra, a Pedro.

Amigos perdónenme si no pude salvarlos *sniffsniff* sobre todo tú mi fiel lagarto de fuego volador, Spyro amigo mío te extraño muchísimo, gracias por salvar mi vida cuando ese otro lagarto gigante alienigena me tenía en su pata para apunto de devorarme y tú me salvaste sacrificándote... te extraño mucho...

Lloraba amargamente cayéndole las lágrimas de ese joven chiquillo ex entrenador porque toda su familia y sus pokémon fueron asesinados por los invasores hace meses.

Pasaban los días y el chiquillo siguió avanzando con suma cautela y buscando recursos para llegar a los pies de una torre de radio algo ladeada pero aun de pie, estas torres de radio al ser alimentadas por paneles solares tuvo una idea.