-El camino es largo y doloroso, pero del otro lado hay un lugar hermoso que espera por ti-
Mi corazón y mi garganta sentía un nudo. Increíblemente cada que estaba aquí parecía que una caja de Pandora se abría dentro de mí.
—¿Por qué no quieres abordar el tema? ¿Qué te preocupa? — mi voz quedo dentro, sin poder salir.
—Cuando tú estés lista Pau— suspire tratando de encontrar las palabras, me acomode en el sofá para sentarme, mire mis manos que se movían con nerviosismo.
—Siento que... — mis ojos comenzaron a sentirse pesados y las lágrimas estaban amenazando con salir.
—Si abro de nuevo esa caja desencadenará cosas que no estoy segura de poder manejar— y, como era de esperar, las lágrimas comenzaron a fluir, una tras otra. No podía mirar a la terapeuta, me daba vergüenza.
—Pau. La terapia es un proceso gradual, y estamos aquí para avanzar a tu propio ritmo. Digamos que abriremos esa mochila tan pesada que cargas y sacaremos cada piedra para analizarla — Asentí, limpiando algunas lágrimas de mi mejilla. Estar aquí por tercera vez me hacía sentir segura, pero no tanto para hablar de lo que realmente me daba temor expresar.
—¿A que le tienes miedo Pau? — Mire la ventana del consultorio tratando de buscar una salida.
Respire hondo antes de hablar, organizando las palabras en mi cabeza
—¿A que le tengo miedo?... Que todas las personas que conozca ahora sean igual a Ella.
—¿A qué te refieres con "Ella"?
—Sin importar que haga o dónde esté... sus palabras regresan a mi cabeza y junto con ello, el sentimiento de sentirme débil. Como una presa en medio de una fosa de Leones— Traté de controlar mi respiración y no volver a caer en llanto, pero no lo logré.
—¿Hace cuándo es qué pasó esto Pau? — La terapeuta me ofreció una caja de pañuelos y los tomé rápidamente.
Después de un largo silencio, me recuperé y comencé a hablar
—Fue hace aproximadamente unos años, tal vez un poco más. Conocí a alguien durante un concierto que me hizo sentir especial al principio, pero con el tiempo... con el tiempo todo se tornó una nube gris.
Cada palabra suya se convirtió en alguna sombra que me persigue, y me hace sentir como si estuviera atrapada en un ciclo.Las lágrimas cayeron en cascada por mis mejillas, como un río desbordante. Cada palabra que salía de mis labios era como un suspiro de angustia que había estado sofocando durante años.
Sus palabras e incluso sus promesas regresaban a mí, sentía una sensación extraña. No era dolor ni miedo, una parte dentro de mi quería pelear, regresar el tiempo y gritarle y defenderme. Ningún pensamiento me daba alguna solución. De nuevo mi corazón se rompía en mil pedazos.
—¿Cuánto... cuánto tiempo seguirá doliendo? — Pregunté desesperada mirando directamente a los ojos a la terapeuta.
Con un tono de voz tranquilo y sereno hablo —El dolor viene de aquellas lecciones que nos hacen crecer y aprender, todo conocimiento resulta hiriente, Pau.
—Pero... ya, ya es demasiado... No sé cómo estar con el corazón roto— Finalmente explote, la desesperación me hacía perder la razón.
—Nos centraremos en trabajar esto. El dolor disminuirá a medida que proceses tus emociones y encuentres la fortaleza para sanar. Estoy aquí para acompañarte en este proceso— Sus palabras me dieron un rayo de esperanza en medio de la oscuridad que me asechaba.
Después de la consulta, salí de la oficina de la terapeuta sintiéndome agotada emocionalmente, pero al mismo tiempo un poco aliviada. Las emociones seguían revoloteando en mi cabeza, pero al menos ahora tenía un lugar seguro para expresar mis sentimientos.
Decidí regresar al departamento, jamás me había sentido tan cansada. Mis ojos ahora estaban hinchados por el llanto.
Al llegar al departamento un escalofrío recorrió mi cuerpo, estaba completamente solo a excepción de Luna, la pequeña bola de pelos que siempre recorre el sofá mientras espera mi llegada.
Me adentré a la cocina para tomar la caja de cereal y la leche del refrigerador, estaba tan agotada que no me apetecía preparar algo más.
Me senté en la barra de la cocina y tome mi teléfono para distraerme con algo, algunas notificaciones aparecieron por la pantalla, sin darle importancia navegué entre las películas que había en las plataformas.Un aviso se asomó por la parte superior del teléfono. Tallis...
La había estado ignorando durante un par de días, pero era bastante insistente. Me hacía imposible el dejarle de hablar, sus pláticas las hacía tan interesantes que me envolvían en un sin fin de cosas.
Dude en abrir aquel mensaje, pero al final lo hice.
"¿Estás ocupada?"
Esperaba que no quisiera invitarme a algún lado, no me sentía de ánimos.
"No, estoy en casa ¿Todo bien?" En cuestión de segundos miro el mensaje, pero no contesto nada. Dejé el teléfono de un lado y quise cenar en silencio absoluto.
Después de unos minutos tocaron la puerta, extrañada me levanté de la silla para poder abrirla.
Al abrir la puerta, lo primero que pude ver fue una caja de pizza y con ella venía Tallis. Sorprendida junté mis cejas esperando alguna acción por parte de ella.
—¿Tienes hambre? — abrió la caja con una gran sonrisa.
—¿Qué haces aquí? — pregunté aún desconcertada.
—Buenos... pues si vas a ignorarme todo el fin de semana, asegúrate de mudarte— soltó una leve risa —¿Me dejas entrar? afuera hace frío—
Reaccioné y me moví para dejarla pasar, aún con la mente en otro lado cerré la puerta.
—¡Qué gran estilo tienes!, ¡Me encantan esas pinturas! — de pronto sentí como mi corazón palpitaba más rápido progresivamente.
—Gra... Gracias— Dije aún asimilando su presencia.
—Si me disculpas, yo si tengo bastante hambre— Tallis tomó una silla de la barra y dejó puesta la caja de pizza abierta —¿Ibas a cenar cereal? Que aburrido Pau—
Escuchar mi nombre directamente de su voz hizo que mi cuerpo se detuviera, una sensación de calidez de pronto inundó mi cara.
—¡Oye!, no desprestigies mi cena— dije entre risas. Me senté a su lado para tomar una rebanada.
—Así que, ¿Seguirás ignorando mi presencia?
—Lo lamentó— un sentimiento de culpa me estaba inundando — No me sentía muy bien— Dije.
—Está bien, no siempre tenemos que estar bien— asentí ante sus palabras.
Un silencio cómodo inundó el espacio al rededor, haciéndonos disfrutar de la cena hasta que nos llenamos.
Tallis sacudió sus manos dejando las migas dentro de la caja y comenzó a recoger la basura.
—¿Qué haces? — pregunté
—Ah bueno... ya cenamos, ya me puedo ir— otra sonrisa se asomó por su rostro con una tranquilidad enorme.
—No te preocupes... yo recojo— termine de tomar los platos para dejarlos en el lavavajillas.
Tallis comenzó a tomar sus llaves y su abrigo para colocárselo. Antes de que terminara de ponérselo la detuve, tomando su hombro.
—Quédate... por favor
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Buenos días, tardes o noches.
Hay una Warning referencia por ahí. Si la descubres te daré la historia de Michell más pronto.
¿Qué harán Tallis y Pau solas en su departamento?
¿Problemas o solo será una pijamada como cualquier otra amiga? Cuéntame.
Sin nada más que agregar
Sean felices ✨
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Plead for me Paulina Villareal (The warning)
FanfictionPaulina después de muchos años de trabajar duro siendo la baterista más famosa del mundo decide mudarse un tiempo a Francia, donde se descubrirá así misma y descubrirá lo que el mundo aún le tiene que dar.