•Woods•

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-El miedo me invade en cuanto tu tacto se hace presente-

Tallis finalmente cedió con una sonrisa.
—Está bien, me quedaré ¿Tienes películas?— asentí. El calor en mis mejillas se hacía presente cada que su sonrisa se iluminaba.

—¡¿Quien es este pequeño?!— Tallis se acercó emocionada para acariciar a mi gato. Acaricio levemente su lomo agachándose hasta estar a la altura del suelo. Se quede en silencio unos segundos disfrutando del ronroneo que era provocado por las caricias.

—Se llama Luna— Dije acercándome yo también. Tallis la tomó en sus manos y se levantó con ella es un sus brazos. Tallis me miro emocionada.
—Es muy lindo ¿Me lo puedo robar? — Hizo un puchero. Daba ternura la forma en que entre cerraba las cejas y hacía sus labios hacia abajo.

—¡No! ¿Que haría sin él? — Reí

—Así tendré una excusa para que dejaras de ignorarme y me visites ahora — Su comentario hizo que cayera mi sonrisa, aún me sentía culpable por todo lo que había hecho. Mire hacia otro lado evitando su mirada puesta en mi, y el hueco en mi pecho volvió quitándome un suspiro tras de mi.

Tallis lo notó enseguida y dejó rápidamente a Luna en el sofá de nuevo —Hey, era una broma, lo siento— Acaricio suavemente mi hombro derecho, consolándome.

—Si, lo se. No fue un buen día— Dije sin levantar la vista.

—¿Necesitas hablar sobre ello?— Negué con la cabeza, sentía que si hablaba las lágrimas comenzarían a brotar.

—Bien, veamos una película— Dijo intentando amenizar el ambiente.

—¿Por qué no hacemos una pijamada?— sugerí murmurando —Podríamos hacer las palomitas que tengo en la alacena — Tallis asintió con emoción, y decidimos entrar a la cocina juntas para preparar snacks. Mientras nos acomodábamos en el sofá, Luna decidió unirse a nosotras, acurrucándose entre el pecho de ella, como si quisiera ser parte de la noche de cine.

A medida que avanzaba la película, me comenzaba a sentir mejor, y la risa llenó la sala. Por un momento, olvidé el peso que llevaba en el corazón y me sumergí en la compañía de Tallis y la divertida película.

Cuando los créditos finales comenzaron a rodar en la pantalla, Tallis se volvió hacia mí con una sonrisa, pero nos quedamos en un silencio incómodo, esperando que la otra hablara. Después algunos segundos intentado pronunciar algo rompí el silencio.

—¿Que te pareció?— pregunté, buscando su atención.

Ella me miró y sonrió con complicidad. —En realidad, es mi película favorita, pero quería que la viéramos. Me aguante el hecho de no recitar ningún diálogo — reímos brevemente, pero el incómodo silencio regresó.

Tallis jugueteó con sus manos antes de volver a hablar, como si fuera a tomar un impulso —¿Se... segura que no quieres hablar? Puedes hablar conmigo si algo te preocupa — Me sentía abrumada de que siguiera preguntado.

—No necesito que me tengas lástima, Tallis. Ya tuve suficiente hoy — tape mi boca enseguida. El remordimiento de mis palabras llegaba a mi como una navaja.

Los ojos de Tallis de pronto se oscurecieron, y me dio una mirada de total confusión. Tallis en un hilo de voz y con los ojos húmedos hablo —No... yo no dije eso, pero puedes confiar en mi.

De pronto una ira comenzaba a florecer dentro de mi pecho, luchando por salir. Escuchar esa palabra hacia que todo mi cuerpo se removiera (confiar) como si confiar fuera la solución a todos los problemas en el mundo. Después de una lucha dentro de mi, palabras salieron de mi boca sin pensar, escupiendo con crueldad cada letra.

—No puedo confiar en nadie, ni siquiera en mí misma, Tallis— Ahora parecía una lucha campal contra mis emociones, no podía ahuyentarlas.

Tallis se paró de golpe del sofá, con lágrimas en sus ojos. Asustada y sorprendida mire cada uno de sus movimientos —Si no puedes confiar en mí, no puedo ayudarte, Paulina— su voz se volvió rígida —Creo que es mejor que me vaya. Esta noche no está funcionando como lo pensé.

En ese momento pude ver como Tallis tomaba sus cosas y mi cuerpo no reaccionó, dejé que se fuera. Sabía que había hecho mal. No pude controlar aquello que solté, pero era aún peor retenerla si no tenía algo bueno que decirle.

La culpabilidad comenzó a inundarme y acorralarme, como un monstruo que se hacía cada vez más grande dejándome en un rincón de la sala. Ahora lamentaba completamente la pelea.

Tome mi teléfono rápidamente y con las manos temblorosas marque el número de Tallis. Coloque el teléfono en mi oreja esperando que contestara, nerviosa comencé a caminar por la sala y después de unos segundo me mando a buzón de voz. Di un grito ahogado mirando la pantalla. Seguí intentando una vez más, pero esta vez la llamada fue directamente rechazada. Mi corazón dio un vuelco enorme haciéndome caer en el piso.

Sabía que debía de darle espacio a Tallis y me había comportado como una idiota, indudablemente las emociones ahora eran una montaña rusa de la cual no controlaba. Tome mis rodillas y hundí mi cabeza en ellas. El silencio del departamento se desapareció en cuanto las lagrimas brotaron sin cesar. Mi respiraciones se volvían cada vez más cortadas y junto con ellas mis latidos comenzaron a incrementar, como si estuviera en un gran maratón.

Mi cabeza ahora daba vueltas. Llegaban a mi las palabras que dije a mi mente, martillándome hasta causarme dolor. Mi cuerpo ya no me pertenecía, sentía como me iba desvaneciendo junto con la noche. Mi templo inerte quedó ahí, esperando que la oscuridad terminara. Anhelando la luz de nuevo.

De un momento a otro un bosque llego a mi cabeza, la fría brizna en conjunto con la tranquilidad del lugar podía sentirla. Árboles frondosos y hermosos, saturados de color verde impecables, en mi mente comencé a a recorrerlos intentando calmar mis ansias. Toque un árbol con la yema de mis dedos analizando ese en específico. Un árbol grande y ancho, de él desprendía un olor fresco, era una aroma conocido para mi. En un impulso me aferré a aquel árbol, abrazándolo fuertemente. Aquel árbol comenzó a secarse mientras aún tenía mis brazos al rededor de él.

Ahora el bosque ya no era verde y los árboles se habían secado completamente, el ambiente ahora era gris y realmente frío. La tormenta se avecinaba y el aire me hacía sentir vulnerable. Antes de que un rayo cayera a un lado de mi, abrí los ojos.

Con la respiración agitada me reincorpore, el piso frío me había acompañado durante la madrugada. Eso último había sido un sueño. Un sueño muy extraño.

Mire al rededor, analizando la sala. Le rogué a todos los dioses que la pelea con Tallis también haya sido parte de mi sueño y que realmente solo fue mi consciencia.

En cuanto mire el tazón de palomitas vacía y la cobija en el sofá un balde de agua fría cayó sobre mi.

No, no lo fue.

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¡Hola! ¿Qué tal como vas? Cuéntame

Si le quieren dar más significado a este capítulo busquen en Google que significa el nombre de "Tallis"

Pues claro que sufriremos, es parte de la vida misma. Las hermanas Villarreal no se salvarán de eso.

Es todo por aquí...

Los veo en unas horas en We're to young, la historia de Dany.

Sean felices sea donde sea.

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Plead for me Paulina Villareal (The warning)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora