THE WALKING DEAD - Blake 1

Capitulo 16

El escape de Randal

Randal escapó. Otra vez, según las palabras de Shane Walsh. T-Dog metió en la casa a todos apresuradamente, por órdenes de Rick, y atoró las puertas y ventanas. Carl subió a paso rápido al segundo piso, Blake lo siguió también.

El niño veía por los binoculares a las afueras de la casa, suspiró sin ver señales del pequeño grupo que salió en busca del chico, entre ellos Rick.

— ¿Le contaste a papá lo del arma? —le preguntó el pecoso a la castaña, sin dejar de observar por la ventana.

— Se lo conté a Daryl y él le dijo a Rick. —dijo la niña— Resultó ser un chismoso —farfulló.

— ¿Por que no se lo dijiste desde un principio? Tal vez así hubieran matado al caminante a tiempo.

— Rick ya lo dijo, no es culpa de nadie. Tampoco tuya, Carl...Lamento haberte gritado antes.

— Yo me lo busqué. No debí tratarte cómo lo hice.

— Descuida —el niño se volteó a verla. Ambos se sonrieron, pero después la niña aportó una mirada seria y ciertamente tenebrosa― Pero te advierto que a la próxima que me hables así, te irá muy mal, Carl Grimes.

- No pasará. —dijo aún sonriendo.

. . .

La noche era demasiado oscura cómo para ver a lo lejos a los demás regresar. Blake limpiaba el arma que le prestó el líder después de su conversación en la tarde. Se había molestado un poco al enterarse que la niña ya había sido enseñada a disparar un arma sin que él supiera.

Pero le tocó superar.

A los minutos de haber cargado su arma y guardarla en su cinturón, entró Lori a la habitación.

— ¡Blake! —la mujer miró a todos lados de la habitación— ¿Has visto a Carl?

— Se fue hace rato, dijo que iría al baño. —contestó la niña.

— No lo encuentro en ningún lado. —dijo con angustia.

— Tal vez esté enfermo del estómago. —se encogió de hombros.

Lori revisó el baño junto a la habitación y después volvió negando.

— No aparece, no está en ningún lado de la casa.

La preocupación de Lori era tanta que alarmó a la niña— ¿Qué sucede, Lori?

La mujer vió el fuego alumbrar el vidrio de la venta. Blake se levantó rápido y fue hasta allí para asomarse. El granero estaba prendido en llamas, había caminantes por doquier.

Ambas bajaron de prisa al porche con el resto. Se preparaban para defender la granja de la horda. Mientras Lori buscaba con desespero a Carl, Blake se acercó hasta Daryl quien prendía la moto listo para marchar.

— ¿Puedo ir? —preguntó con la mano en el arma.

Dixon giró a verla.

— No. Quédate, es peligroso. —soltó.

Las probabilidades de que el hombre la dejara acompañarlo eran nulas. Daryl arrancó la moto y siguió a la fila de vehículos que iban hacía los mordedores.

Hershel disparaba afuera de la casa a los caminantes que hacían caso omiso al fuego e iban en busca de las personas. Blake sacó el arma y apuntó recordando todos los pasos que le había dicho Daryl. Empezó a disparar con más fluidez de la que había tenido en las prácticas. Acabando con cada monstruo al que tenía en la mira.

Pero era inútil por que los caminantes ya estaban demasiado cerca de la casa y era muy tarde para matar a todos. Carol salió con Beth y Patricia, con las cosas cargando, era hora de salir de ahí.

— ¡Blake vámonos! —le gritaba Lori desde el porche, con la mochila de la niña en una mano— ¡Blake, tenemos que irnos!

Pero la castaña seguía disparando, cómo si fuera ya un reflejo en ella. Miró al anciano a su lado y este parecía no pensar en irse de ahí.

— ¡Hershel! —le gritó Blake, haciendo conciencia de que debían irse— ¡Hershel!

Más no hacía caso.

Lori bajó rápidamente y fue por la niña para tomarla de un brazo y jalarla para huir. Las mujeres corrían una tras otra. Pero no avanzaron mucho hasta que un caminante mordió a Patricia y después otro y así la arrastraron consigo escuchando sus desgarradores gritos. La mano de Beth era sostenida por la mujer, no la soltaba. Lori se detuvo y jaló de la muchacha para librarla. Pero Carol y Blake siguieron corriendo, quedando arrinconadas.

— Oh Dios mío...—Carol lucía aterrada y Blake estaba igual. La única diferencia es que la niña llevaba el arma en la mano y les disparaba a la cabeza de los caminantes que iban por ellas.

Andrea se apareció para ayudarlas pero pronto la perdieron de vista. Carol corría tomando la mano de la niña por las orillas de la granja pidiendo ayuda, Blake tuvo que parar al oír el gruñido demasiado cerca de ellas, giró para dispararle, pero el mordedor estaba a tan sólo unos centímetros de ella, trató de atraparla tomándola de los brazos, forcejeó con el caminante hasta que logró dispararle atravesándole el craneo.

Volteó y ya no notó a la mujer consigo.

— ¿Carol? —miraba a todas partes, pero lo único que veía era él caos— ¡Carol!

Los sobrevivientes de la granja que lograron salir se reunieron en la carretera, en la misma dónde dejaron un mensaje escrito por si volvía Sofía Peletier. Rick y Carl se reunió con Lori, quien había llegado junto a T-Dog y Beth. Maggie llegó con Gleen en el auto.

Hershel abrazó a sus hijas. Y los demás se saludaron, alegres de haberse encontrado a pesar de todo.

— ¿Cómo los encontraste a todos? —le preguntó el líder a Daryl.

— Bueno..se veían las luces del auto haciendo zic zac. Supuse que conducía un asiático. —contestó el de la ballesta.

— Muy bueno. —comentó Gleen.

— ¿Dónde está el resto? —preguntó Daryl. Rick negó, pero Dixon insistía viendo a todas partes,— ¿Y la niña?

Rick buscó con la mirada entre todos los presentes. Miró a su esposa.

— ¿D-dónde está Blake? —le preguntó, con el rostro pasmado.

— ¿Cómo que dónde está Blake? -saltó Gleen.

— Estaba con...—la mujer observó a Carol.

Carol tapó su boca con una mano y vió a todos con la cara llena de lágrimas.

— Yo...la perdí de vista. La busqué pero ya no estaba. —hablaba entre cortada— Fue mi culpa, Rick. Nos alejamos.

— Podemos ir por ella —dijo con apuro el asiático— Debemos volver, Rick. Debe estar por ahí, escondida. Sólo...

Pero el líder contrajo la cara, negando varias veces. Lori abrazó a Carl, el niño lloraba fuertemente. Gleen maldijo en un grito, tirando con fuerza su gorra al suelo. Hershel volvió a abrazar a sus hijas, pero más a Maggie, quien sollozaba con dolor. Daryl miraba de lado a Carol, la mujer no paraba de balbucear qué era su culpa.

Todos quedaron en un largo silencio en el que sólo se oía el llanto y el dolor de las personas al pensar en lo que fue de la pequeña niña de ojos verdes y tierna sonrisa.