Rodeado

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A Sunggyu no le había costado demasiado el levantarse del lecho en el que estaba durmiendo una vez que los rayos del sol comenzaron a iluminar gradualmente la habitación, para descubrir que Woohyun no estaba allí. «¿A dónde fue?», se pregunto con exasperación, pues algo le decía que debía permanecer cerca del otro. Por alguna extraña razón, el estar rodeado de cosas desconocidas resultaba bastante intimidante y la presencia ajena lo hacía sentir un poco más seguro.

Sin querer desperdiciar ni un segundo más, salió de la habitación en busca del chico pero, aunque revisó en cada rincón del departamento, no lo encontró. Aquella acción sólo lo hizo darse cuenta de que estaba solo.

Solo, otra vez. «¿Y ahora qué?». Evaluó sus opciones en cuanto se sentó en el sofá del living, ¿y si salía a buscarlo? No, no tenía idea de cuán grande era el mundo en el que estaba actualmente. Entonces ¿se quedaría allí esperando? ¿Y si Woohyun no volvía...? ¿Y si le había sucedido algo? ¡Debería ir a ayudarlo, por supuesto! Pero ¿cómo?

— Ey, ¿te encuentras bien?

Recién al escuchar aquello logró percatarse de la presencia ajena, aunque no recordaba su nombre su rostro se le hacía conocido. El chico, de cabeza pequeña y mandíbula marcada, lo analizaba sin ocultar su curiosidad ni avergonzarse al respecto. ¿Era normal en este lugar observar abiertamente a una persona de tal forma que la haces sentir incómoda?

— ¿Quién eres?

El joven, el cual tenía el cabello de un morado profundo, enarcó las cejas. Al ver esto, Sunggyu intento con todas sus fuerzas recordar de dónde le resultaba familiar pero fue inútil.

— Soy Lee Howon —exclamó el otro, al parecer dándose cuenta del olvido ajeno, y agregó:— y estoy a cargo del baile en Infinit.

Apenas finalizó de expresar aquello comenzó a reírse, divirtiéndose con una especie de chiste privado que no fue capaz de enterder y, aunque era totalmente normal que no entendiera aquella broma, lo hizo enojar. ¿Cuánto le costaría acostumbrarse a este nuevo lugar?

— Eres Kim Sunggyu, ¿cierto?

Asintió sin ánimos de hablar.

— ¿Qué hacías con Woohyun hyung y por qué estás quedándote con nosotros? —El timbre de voz que utilizó hizo que un escalofrío le recorriese la espalda.

— Y-yo... —Tartamudeó sin saber qué decir, ¿debía contar la verdad? No deseaba estropear los planes de Woohyun, por lo tanto le costaba decidir lo que debía hacer.

—...No importa —Dijo Howon dando un suspiro—, sólo quiero saber algo.

Sunggyu inclinó la cabeza levemente, dándole pie a que hablara.

— ¿Woohyun hyung está bien?

— ¿Eh?

— Cuando volvió contigo, él... —Se detuvo un momento y bajó la mirada, como si le supusiera un esfuerzo mayor hablar al respecto— no parecía el mismo de siempre —arrastró las palabras con lentitud—. Aunque después de todo lo que sucedió...

¿Después de lo que sucedió? ¿A qué se refería? Fue entonces que, al notar las pequeñas manchas violetas en el rostro de Howon, lo reconoció: era el chico al cual Woohyun había golpeado. Inmediatamente retrocedió un paso, sintiéndose algo incómodo. No había prestado atención cuando la pelea entre aquellos dos surgió, por lo que ignoraba el motivo detrás de la acción. «¿Es mi culpa?», se preguntó en su mente. Decidió que no serviría de nada darle más vueltas al asunto mientras que Woohyun no estuviese a su alcance, así que lo primero que debía de hacer era encontrarlo.

Eres mi milagroWhere stories live. Discover now