Te encontré

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Sunggyu abrió los ojos segundos antes de que sonara la melodía seleccionada como alarma en su recientemente adquirido celular, preguntándose el motivo por el cual tener que levantarse tan temprano. Sólo bastó estirar los brazos sobre su cabeza y bostezar para que, recién entonces, su mente razonara con claridad.

Había pasado ya una semana de la salida de aquel rumor y el cambio radical de varios aspectos de su vida en ése mundo no dejaba de asombrarlo cada vez que pensaba en ello. No sólo había conseguido un celular —aparato milagroso mediante el cual podía aprender millones de cosas y significados—, sino que también se transformó en trainee. Como Woohyun no se había separado de él ni por un momento luego de que le dijeron eso, y aunque Sunggyu no estaba seguro del verdadero concepto detrás de esa palabra, para él eso era su salvación. Aún permanecía en su mente lo dicho por Luke y por esta razón realmente le preocupaba el alejarse del otro (por lo que eso provocaría); debido a que debía aferrarse a Woohyun con todas sus fuerzas, con la inminente probabilidad de ser rechazado, nunca se había imaginado que el joven haría todo el trabajo por él. Era verdad que, por alguna razón, cuando salía a la calle —junto a Woohyun, obviamente— las chicas que siempre perseguían a su "amigo" ahora hacían lo mismo con él, pero no importaba aquella sensación de invasión a su espacio personal porque el morocho estaba a su lado.

Y no era sólo Woohyun; Sungyeol, Dongwoo y Sungjong también fueron amables con él. Ahora sabía que Sungyeol ama el café, que Sungjong tiene un oso con el que descarga su ira y que la familia de Dongwoo posee un restaurante, entre otras cosas. Howon y Myungsoo habían sido un tema parte, el primero porque —al estar junto al morocho la mayoría del tiempo— lo ignoraba, y el otro... bueno, no estaba seguro del porqué le resultaba incómoda su presencia. Aun así, los pocos días en los que compartieron todos juntos la mesa al cenar fueron los mejores momentos para Sunggyu durante aquella semana.

Sin embargo no todo había sido risas: a raíz de su recién adquirido estatus como "trainee" nuevas responsabilidades habían llegado, como por ejemplo, ir a entrenar al gimnasio de la empresa por las mañanas, algo que odiaba desde lo más profundo de su corazón.

Amy no había aparecido nuevamente, como supuso Sunggyu aquella vez cuando Woohyun lo separó de ella, ni el morocho la mencionó en algún momento. Aunque eso no significaba que la había olvidado. El extraño sentir que se instaló en su pecho la primera vez que la vio continuaba allí, haciéndose más presente cada vez que pensaba en la joven. Deseaba volver a verla, preguntarle si quizás —y sólo quizás— se conocían de algún lugar, pero le había quedado mucho más que claro que Woohyun no quería ni siquiera escuchar hablar de ella, así que debería guardarse las ganas para cuando sea oportuno.

Otra de sus preocupaciones, y probablemente la que más ocupaba su mente, eran las extrañas pesadillas de su amigo. Éstas aparecieron todas las noches desde aquel primer episodio, y cada día que pasaba parecía empeorar. Esa noche había ocurrido alrededor de las tres de la madrugada, a diferencia de ayer (a las cuatro) y antes de ayer (a las cinco). Woohyun se negó a responder a las frecuentes preguntas que le realizaba —con la inocente intención de ayudar a resolver el problema— alegando que no debía incumbirse en cosas que no le correspondían. Pero, aún así era imposible para Sunggyu el no preocuparse ya que, aunque su amigo no lo notase, día tras día se hacía más difícil despertarlo de aquella pesadilla.

Observó el techo de la habitación que compartía con Woohyun mientras dejaba vagar a su mente por aquellos pensamientos, buscando ganar un poco de tiempo antes de que el deber llamara.

— Sunggyu, ¿estás despierto? —escuchó la voz de su compañero de cuarto que provenía por debajo suyo, probablemente también estaría todavía tendido sobre su litera.

Eres mi milagroWhere stories live. Discover now