No lo hagas

226 26 7
                                    


¿Cuánto tiempo había pasado desde la última vez que tuvo una pesadilla como aquella...? La extraña pero a la vez conocida figura del árbol se alzaba frente a sus ojos, era imposible para él siquiera pensar en quitar la mirada.

¿Podría salir de allí esta vez? ¿Cuánto le costaría? Las preguntas que aparecieron en su mente eran las mismas que se hacía cada vez que esto pasaba. Luego de tantas veces sin conseguir despertar, sin importar cuánto lo deseara, había llegado a la conclusión de que era inútil intentarlo. Quería suspirar, cerrar los párpados por un segundo y descansar, pero no podía. ¿Cuándo se iba a terminar?

Fue en ese momento que lo notó, aunque no estaba seguro del qué, algo era diferente. Algo que —comparado con las anteriores ocasiones— era más... ¿nítido? Woohyun hizo todo su esfuerzo para concentrarse: ¿qué era? ¿Qué era lo que estaba buscando? Sentía que su cabeza estaba a punto de explotar de tanto pensar. «¡Los colores! ¡La escena!». Sí, no se había percatado de eso. Esta vez era capaz de hasta contar la cantidad de ramas o la cantidad de hojas del árbol y sus llamativos matices —que iban de un rojo pardo a un amarillento. ¿Acaso estaba en otoño? ¿No era aquello un arce? Procuró entonces divisar lo que había más allá del árbol pero aquel borrón oscuro no parecía tener forma. ¡No podía rendirse! Woohyun estaba casi seguro de que el misterio de esas pesadillas residía en ello, en descubrir por completo donde se encontraba. Intentó una y otra y otra vez sin conseguirlo, y por alguna extraña razón su cabeza dolía aún más.

Estaba resuelto a no desistir cuando sintió que un inesperado liquido le recorría el rostro, aunque al principio —pensando que se trataba de su propia transpiración— hizo caso omiso a este hecho. Unos segundos después pasó la mano para quitarse un poco dicha substancia debido a que había comenzado a obstruir su visión, pero se detuvo al instante.

Podía escuchar el latir apresurado de su corazón justo en sus oídos y hasta era capaz de percibir la sangre que viajaba por cada centímetro de su cuerpo a través de las venas. «Sangre», pensó al ver su mano cubierta de dicho liquido carmesí. Un escalofrío lo recorrió de pies a cabeza. «Sangre», volvió a pensar al ver el rojo de las hojas del árbol. Aquel color había empezado a cubrir todo el panorama, haciéndole imposible distinguir sus alrededores.

«¡Ayuda, por favor!», gritó en su conciencia aunque sabía que era en vano, estaba solo allí, en su pesadilla. «Yo... yo no me merezco esto», murmuró mientras sus lágrimas rodaban por su rostro.

¡TENDRÍAS QUE HABER SIDO TÚ!

Aquel grito que salía de la nada lo sacudió completamente y su cuerpo entro en una especie de estado de shock. Comenzó a temblar cuando notó que la sustancia había llegado hasta sus rodillas y el terror lo invadió.

¡TENDRÍAS QUE HABER SIDO TÚ!

Gritó nuevamente la misma voz, pero no era capaz de reconocer quién era y menos de ver de dónde provenía. Su llanto parecía no tener fin.

¡TENDRÍAS QUE HABER SIDO TÚ!

¡TENDRÍAS QUE HABER SIDO TÚ!

¡TENDRÍAS QUE HABER SIDO TÚ!

...

— ¿Woohyun? Ey, ¿estás despierto?

— ¿Sunggyu? —inquirió aún dormido mientras se frotaba los ojos y trataba de distinguir si seguía soñando o no—. ¿Qué haces en mi cuarto? —sus ojos comenzaron a acostumbrarse a la oscuridad de la habitación por lo que pudo distinguir la figura que estaba enfrente suyo, parado a un costado—. Espera... ¿cómo entraste aquí?

Eres mi milagroWhere stories live. Discover now