9 de Mayo. 6:00 p. m.
317 días para la siguiente Depuración Anual.
—¡Adiós, Sarah! —exclamó Alexia, mientras caminaba por los jardines de la universidad hacia la salida.
—¡Adiós, Alex! ¿Pasarás el fin de semanas fuera?
—Solo saldré unos días a relajarme.
—Suerte.
—A ti también.
Alexia sonrió y siguió su camino, arreglando la mochila sobre sus hombros. Había hecho un hermoso día y siendo viernes, los profesores se relajaron un poco más y no dejaron deberes. Ya estaban por graduarse, así que también tenían mucha presión encima.
Sin embargo, para Alexia, sería sí o sí un buen día. Y la noche mucho mejor.
Salió de la universidad saludando a algunos otros compañeros. Era extrovertida, amable y siempre sonriente, por lo que le agradaba a la mayoría de sus compañeros y a estudiantes de otras carreras. Tal vez fue por los constantes saludos, que no se dio cuenta de quién era la persona que estaba también en la parada de autobuses, cuando se detuvo allí.
Eran las seis de la tarde, un día viernes, así que la mayoría de los universitarios estarían en sus habitaciones o en lugares secretos haciendo fiestas clandestinas, por lo que Alexia no se extrañó al notar que no había demasiadas personas en la parada.
Había madurado tanto en esos días, que el próximo saludo de esta persona misteriosa, no le molestó ni removió nada dentro de ella.
—¡Alexia, hola!
Era Josh, su ex novio.
—Hola. —Alexia le dio una sonrisa amable y siguió concentrada en esperar. Cualquiera creería que tomaría un autobús, pero eso no era precisamente cierto.
—¿Cómo estás? —habló de nuevo Josh, acercándose más a ella.
—Bien, gracias por preguntar.
—No te he visto mucho últimamente en la universidad. Siento que me estás esquivando.
—¿Esquivándote? ¿Por qué lo haría?
Josh la miró y parpadeó. Luego soltó una risita.
—Vamos, Alex. Sé que te engañé y que terminamos en no muy buenos términos, pero no tienes que fingir conmigo. Te conozco. Mira, ¿sabes qué? Me equivoqué al terminar contigo. No debía hacerlo y...
—Pero lo hiciste —replicó con calma Alexia—. Y no finjo nada. Ni siquiera me he dado cuenta de tu presencia estos últimos meses, porque ya no me importa. Tu decidiste terminar nuestra relación y yo seguí con mi vida. Si, me dejaste muchas inseguridades y me sentí culpable por nuestra ruptura, pero eso ya se acabó. Lo superé. Tu deberías hacer lo mismo.
—¿Superar...? ¿A qué te refieres?
—Ya sabes, superar los viejos amores, dejar atrás las cosas que ya no sirven. Tengo asuntos más importantes como para lidiar con que tu quieras regresar conmigo. Además, ya estoy saliendo con alguien.
Josh volvió a reírse y Alexia perdió su sonrisa y su calma.
—¿Qué es tan gracioso?
—Que no te creo nada. No creo que estés saliendo con alguien más, con tan poco tiempo desde nuestra ruptura. Es absurdo y...
Un auto se detuvo frente a la parada de autobuses, justo donde se encontraban Alexia y Josh. Los demás estudiantes presentes se sorprendieron al notar que era un Camaro negro perfectamente limpio.
Alexia sonrió mientras la ventanilla del copiloto bajaba y Leo se asomaba, con las manos sobre el volante.
—Perdón por tardar, hermosa, pero pasé a comprarte algunas flores.
Alzó un ramo de flores de diferentes colores que estaba encima del asiento del copiloto. Alexia soltó una risita.
—¡Aw! Que tierno eres ahora mi Sargento, y no me molestó tu tardanza. —Miró a Josh con amabilidad—. Fue una plática... interesante. Pero ya tengo que irme. Espero, en verdad, que algún día puedas superarlo.
—¿Te está molestando? —preguntó Leo.
—En absoluto, solo estábamos charlando. Adiós, Josh.
Alexia se subió al asiento del copiloto y todos pudieron ver cómo se inclinaba hacia Leo y le plantaba un largo beso en los labios. Josh tenía la mandíbula tan abierta que podía tocar en cualquier momento el suelo.
Cuando se separaron, Leo hizo rugir el motor del auto y saludó burlón a Josh, para después arrancar, dejando a su paso una ola de expectación y sorpresa.
—¿A dónde quieres ir? —preguntó Leo, mientras seguía conduciendo.
—Mhm, no lo sé... —Alexia fingió pensarlo, acomodó el ramo de flores y su mochila, y luego volvió a inclinarse hacia Leo—. Estuve esperando estar contigo durante toda la semana.
Leo sonrió de lado, entendiendo la indirecta y el tono sugerente que había usado, para que el resto quedara a su imaginación. Pasó uno de sus brazos por la cintura de Alexia mientras el otro lo mantenía en el volante.
—Todo lo que quiera mi chica, yo se lo daré.
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The Purge: Anarchy [Leo Barnes]
Misterio / SuspensoGracias a la 'Noche de las bestias' el crimen en Estados Unidos ha descendido. Se trata de doce horas en las que cualquier actividad criminal, incluso el asesinato, es legal. Alexia Sanchéz ha pasado por muchos años de Purga, escondida en compañia d...