Gogol no acostumbraba a tomar cierta ruta para ir a casa, pero esta vez solo fue por ahí y porque sí.
Fyodor no estaba muy contento, quería llegar temprano a su casa y dormir en los brazos de su novio y no despertarse. O tal vez llegar a la cama y esperar a que Nikolai proceda con el siguiente movimiento. Pero el nuevo camino les estaba tomando tiempo, el cual podrían usarlo para ver alguna película o leer algún libro que le recomendó Dazai.
El más alto paró de pronto al escuchar maullidos provenientes de un callejón, dirigiéndose a este y topándose con dos pequeños gatitos: uno blanco con ojos verde y azul, y el otro con pelaje oscuro y ojos violeta. Estaban juntos y tiritando por el frío. Su corazón se derritió y volteó a ver a su pareja con pena.
—No.
—Pero, Dos-kun...
—Kolya. No.
Gogol hizo un puchero y puso ojos de lástima, doblegando la voluntad de su pareja.
—Bien. Pero solo por esta vez.
Recibió un beso acompañado de una exclamación de victoria.
Nikolai se acercó a los felinos, llamándolos con su mano y tomándolos con extremo cuidado.
Dostoyevsky creía que se iba a desmayar de cansancio si su novio seguía ahí parado con los mininos haciendo nada. Si no se apresuraba, tendría que cargar con dos gatos bebés y un hombre dormido.
Se apoyó contra el hombro del albino, abrazando su brazo y balbuceando amenazas.
—Tranquilo, ya nos vamos, Fedya.—Usó un apodo distinto al que solía usar para calmarlo. Al parecer funcionó.
No estaban tan lejos de su casa, por lo que solo tuvieron que caminar una cuadra otra encontrarse en la puerta principal.
Nikolai abrió la puerta y dejó a los gatos en el sofá, aprovechando que estaban dormidos. Después cargó a Fyodor hasta su habitación, dejándolo en la cama.
Pero el de cabello oscuro agarró la camisa de su novio antes de que se vaya.
—Vuelve pronto, Kolya.—Tenía un sonrojo encendido cubriendo su rostro y los ojos entrecerrados.
—No me demoraré.—Besó su cabeza con cariño para pasar por sus labios y salir de la habitación.
Fue a la cocina y puso a calentar trozos de pollo. ¿Eso comerían? Pues tendría que intentar.
Llenó un depósito de agua y lo llevó junto con el plato de carne para los felinos, pero cuando ya estaba en el sofá, no los encontró.
Vio la puerta de su habitación abierta y comenzó a hacerse una idea. Dejó la comida sobre la mesa y fue a ver a su pareja.
Efectivamente, los pequeños gatos se habían subido y acurrucado en el cabello de Fyodor, que acariciaba a ambos mientras se quedaba dormido.
Nikolai sacó su teléfono y tomó todas las fotos posibles y un video antes de que Dostoyevsky se diese cuenta de su presencia.
Sonrió por la ternura que le causaba y se acercó para cargar a los felinos al sofá, nuevamente.
—Mañana podrán jugar con papá Fyodor, por ahora dejémoslo descansar.
Los envolvió en una manta y los regresó al mueble. Se habían quedado dormidos.
Pasó a su dormitorio y se acostó al lado de su novio, que se aferró a él apenas sintió el peso extra en la cama.
—Creo que me caen bien.
El albino se rió y lo besó, abrazándolo de vuelta y dejándose llevar por el cansancio del día.
—Se parecen mucho a nosotros, ¿no lo crees?
—Por favor no. No quiero otro tú que me gaste la energía.
Se sonrieron y volvieron a besar.
—Esperemos que no de la misma forma que yo.
Recibió un pequeño golpe en su espalda como respuesta.
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-605 palabras.
-Esto va dedicado a MotiMitoi, mi linda Fyo del grupo. Espero que el Fyolai adoptando gatitos de haya sido de tu agrado<3
-Muchas gracias por ser una hermosa persona que se preocupa por los del grupo! Se te quiere muchísimo ૮ ˶ᵔ ᵕ ᵔ˶ ა
-Es mi primera vez escribiendo de ellos dos, así que no sé si estará bien.
Espero que les haya gustado y gracias por haber leído mi intento de fic.
Me apoyarían mucho si comentaran mi historia, la compartieran o le den una estrellita.
¡Muchas Gracias!
—Misaki K.

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The Kitties [Nikolai/Fyodor]
Hayran KurguNikolai se encuentra con dos pequeños gatitos en la calle. Fyodor solo quiere dormir.