¿Y este Alfa?

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Las palabras de la rubia resonaron en la cabeza de la más alta causándole enojó.
— Maldición, ¿por que sólo no me haces caso?  —Dijo la alfa llevando a la rubia a una pequeña mesa sentandola sobre está—

La de baja estatura bajó la mirada sin decir una palabra dejándose hacer por la pelinegra.

— Sí estuvieras conmigo no pasaría esto, piénsalo no quiero verte sufrir más cariño, sí quieres podemos irnos de aquí y buscar una casa muy lejos. —Decía la Alfa sacando un botiquín rojo de un cajón en la cocina—

— No lo se.. —Mascullo la menor—

La pelinegra se acercó a la más baja abriendo el botiquín, saco lo necesario para limpiar la herida en su mejilla.
— Vámonos, tú y yo, te tendré cerca y podré cuidarte mejor. —Dijo la alfa mojando algodón con alcohol para pasarlo cuidadosamente por encima del moretón en su mejilla—

— No quiero ser una carga para ti, mina.
—Mascullo la rubia suspirando bajó—

La pelinegra enderezó su postura y tomó las mejillas de la menor con cuidado plantando un casto beso en sus labios luego mirándola con una cálida sonrisa.
— ¿Carga?, cómo creés que el amor de mi vida podría ser una carga para mi, no digas cosas tontas.. No podría si no estás conmigo.

La de cabello rubio dejó salir una suave risa nerviosa sintiendo sus mejillas arder.
— Entonces.. Vámonos, lejos.
—Asintió la menor—

— Bien, mi amor. ¿Ahora quieres ayudar a tú alfa con un problema de hormonas?
—Cuestionó en broma la mayor—

Seulgi y mina se conocieron en el metro cada una asistía a una escuela diferente aunque, empezaron a ser íntimas desde hace casí cuatro años pero gracias a la madre de seulgi estás no podían tener una relación pública y formal, aunque mina es más extrovertida ha sido siempre paciente siempre ha esperado a seulgi para que ella de el primer paso cuando se trata de las relaciones sexuales, es normal que tenga miedo o este nerviosa por que aún es virgen, en todo esos cuatro años mina la ha esperado pacientemente.

— Estoy esperando un día especial para ayudarte con ese problema.. —Soltó en voz baja la menor—

— Oh.. —La más alta aclaró su garganta mirando a la menor— ¿día especial?

La rubia sonrió y asintió con timidez.
— Es una sopresa, sólo esperame un poco más. —Soltó rascando su cuello con una sonrisa en sus labios—

La pelinegra sólo asintió a lo dicho, divagando unos segundos. La sola idea de que la menor estuviese planeando una sorpresa le agrada pero también estaba feliz por que ya la rubia estába dispuesta a dar un primer pasó.

La menor viendo el silencio que se había formado. La alfa estaba tan entretenida en sus pensamientos que ni siquiera noto cuando la de baja estatura le rodeo la cintura con sus piernas y recargo sus brazos sobre sus hombros.
—Minaa.

— Disculpa, estába pensando en cuántas posiciones lo haríamos. —Soltó con burla dejando escapar una risa al ver a la menor intentando ocultar su rostro—

— ¡Ey! —Exclamó la rubia dándole un golpecito en la cabeza luego cruzando sus brazos—

—Son las hormonas, son las hormonas. Lo entenderas después de perder la virginidad. —Dijo con gracia y una sonrisa juguetona—

La de cabellos rubios se quedó en silencio unos segundos y luego miro su largo cabello caer en su hombro.
— Quiero teñirme, y experimentar cosas nuevas. ¿Me enseñaras?

La pelinegra se sorprendió un poco ante la actitud repentina de la menor y luego asintió cargandola para llevarla a otro lugar.
— Voy a teñirte, luego de que probemos algo.