CHAPTER 6

800 18 0
                                    

PVO DANIELA

Al abrir los ojos pude notar que había regresado a mi departamento.

Lentamente me incorporé, y lo primero que vi fue al Trasppty que recuerdo antes de irme al futuro. El pobre estaba acostado a mi lado con su mano sujetando la mía y sonreí porque, aunque ahora mismo no siente amor por mí, al menos se preocupa por mi bienestar.

Ver en su rostro la intranquilidad que debe estar sintiendo porque pasé una semana inconsciente, me llevó a acostarme más cerca de él.

–No eres la pareja que una mujer humana desea. Quizás para tu raza seas un adonis, pero en mi mundo eres un monstruo y eso es lo que me hizo temerte y odiarte... probablemente aún no vaya a quererte como mi yo futuro, sin embargo, te daré una oportunidad de demostrarme que puedes sentir emociones humanas... seré exigente... esperaré un tiempo y si te atreves a no ser sincero y te niegas a decirme que me amas, no me va a importar que me trates bien y terminaré por matarte... ¡lo juro!

Luego de esa promesa, volví a quedarme dormida.

Una caricia en mi mejilla me despertó, pero no abrí los ojos.

–Tu respiración está estable –dijo Trasppty con su oreja pegada en mi pecho –también nuestro pequeño se ha afianzado en tu útero –acarició mi vientre y su toque envió descargas eléctricas por todo mi cuerpo –casi lo perdemos, pero parece que su voluntad es fuerte y se ancló a ti con determinación.

¿Casi lo pierdo?... De eso no me enteré en el futuro porque ni Trasppty, ni mi otro yo lo mencionaron.

–Hermosa hembra –su voz adquirió un tinte tierno que el Trasppty de este tiempo no tenía –no sé qué pasa conmigo, pero no quiero perderte antes de disfrutarte entera.

Bueno, no era lo más romántico que haya escuchado, pero siendo un duende que no conoce el amor, no puedo exigir mucho.

Sus caricias en mi vientre despertaron mi deseo sexual y cuando la excitación alcanzó niveles alarmantes, comencé a fingir que estaba despertando.

Al momento en que abrí los ojos, Trasppty quitó su mano y se alejó hasta quedar parado frente a la cama.

–¿Pasa algo? –se me hizo extraña la manera en la que se estaba comportando.

–Nada importante, esposa mía –su tono de voz era entre preocupado, combinado con un poco de seriedad y eso me confundió más.

–¡Esposa! –repetí sin dejar de mirarlo –bien, supongo que de ahora en adelante debo complacerte, ¿verdad?

Le dije seductoramente y empecé a levantarme, pero cuando casi ponía mis pies en el suelo, Trasppty corrió para detenerme y me obligó a regresar a la cama.

–Mi amor, mientras estés gestando a mi hijo, no tendrás que cumplir con tus deberes conyugales –eso lo dijo nada feliz y entendí que le estaba costando renunciar a los placeres carnales.

Recuerdo que mi yo del futuro dijo que no la tocó en todo el embarazo y tampoco lo hizo después de dar a luz.

Si eso pasaba en este tiempo, me volvería loca de frustración, así que decidida a no caer en ese error, me quité el vestido de mi boda, (que aún llevaba puesto), y cuando estuve totalmente desnuda, me le acerqué para atraparlo en un fuerte abrazo que dejó su cara entre mis senos.

Trasppty se removió en un intento por apartarse, pero la lujuria de un duende es grande y casi de inmediato sentí su rasposa lengua lamer mi pezón.

La excitación de esa caricia me humedeció vergonzosamente y las palpitaciones en mi vagina me hicieron acostarme en la cama para obligar a Trasppty a quedar encima de mi cuerpo. Su pene aún cubierto por sus pantalones golpeaba mi pubis y sonreí porque eso demostraba lo mucho que también me deseaba. Su boca engulló mi seno y la fuerte succión que hacía fue tan deliciosa, que la hinchazón de mi clítoris creció al grado de que ya no podía soportar ni un segundo sin ser penetrada por ese grueso pene que, aunque sólo había tenido una vez dentro de mí, ya me había hecho adicta a él.

EL TRIUNFO DEL DUENDEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora