CHAPTER 5

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PVO DANIELA

Estaba enfrente de un gran árbol dentro del que supuse era el bosque siniestro donde vive Trasppty.

El lugar era tan desloado, que una extraña sensación de tristeza me invadió, pero risas de niños se empezaron a escuchar y al mirar atrás pude ver varias criaturas enanas y deformes, correr con una sonrisa hacia otro ser igual de pequeño, (un poco más alto).

Al mirarlo bien, me di cuenta de que era Trasppty, pero más anciano. Su cabello estaba completamente blanco, sus arrugas deformaron más su rostro y le daban un aspecto atemorizante, sin embargo, mi cuerpo se estremeció de excitación en el momento en que sus ojos me miraron, y temblé de ansias cuando se acercó a mí.

-¡Que hermosa está mi amada esposa! -extendió su arrugada mano y como si de un imán se tratara, la mía se aferró a la suya -no debiste levantarte. Tienes diez días de haber dado a luz a nuestro hijo número cuarenta y cinco.

-¿Cuarenta y cinco? -casi me desmayo por esa información y miré mi vientre esperando encontrarlo deforme, pero este seguía igual de plano -¡soy joven todavía!... ¿cómo es eso posible?

-Mi dulce Daniela -se rio - cuando te convertiste en mi esposa tenías veintitrés y ya te dije que al unir tu alma con la mía, mantienes la longevidad que los duendes tenemos hasta nuestros novecientos años. Para mi mala suerte yo ya pasaba de esa edad en el momento en que me conociste... recuerda que soy el segundo duende más anciano de los nuestros... he vivido casi mil años y eso se considera demasiado aún para nuestra raza.

-Y, ¿cuántos años tenemos de casados? -la pregunta lo hizo mirarme con desconfianza -es que con la complicación del parto, mi mente olvidó algunas cosas.

-Bueno, eso es verdad, fue demasiado peligroso, por eso te he dicho que no sigas pidiéndome preñarte, pero eres tan necia, que siempre logras que eyacule mientras hacemos el amor -sonrió lujuriosamente y luego pegó su cara debajo de mis pechos -incluso me suplicaste que te dejara hacerme sexo oral al día siguiente de haber tenido a nuestro hijo porque te encanta el sabor de mi semen.

-¿Yo te pedí eso? -no podía creer que me hubiera vuelto tan pervertida.

-Sí... no hay día en que no te bebas mi semen y lo haces más cuando estás en el décimo mes de embarazo, porque te debilitas tanto, que no tenemos intimidad los meses que faltan para el parto.

-¡Eso no es posible!... no puede ser que yo tenga esta vida -dije un poco alto y Trasppty me soltó.

-Pues créelo querida mía... Tenemos noventa años de casados y cuarenta y cinco crías que demuestran cuan activos somos en cuanto a hacer el amor.

-¿Has dicho que llevamos juntos noventa años? -me horroricé por el dato.

-Sí, mi amor... Noventa años con doscientos setenta días y si no fuera porque la pasas mal cuando te preño, llevaríamos mínimo ochenta hijos.

-No... esto es un sueño imposible... nadie puede vivir así por tanto tiempo.

-¡Papi! -la voz tenebrosa de un niño deforme y pelirrojo se escuchó a unos pasos -¿mi mami viene a jugar con nosotros? -me miró con ¿preocupación? -mami, sé que siempre dices que nos amas con todo tu corazón, pero no debes levantarte aún porque te puedes quedar dormida por cuatro años como cuando tuviste a mi hermano Threnn hace cincuenta años.

-¿Dormí por cuatro años hace cincuenta? -grité asombrada -definitivamente esto es un sueño.

-Mi amor, veo que tu condición es muy delicada y lo mejor es que regreses a la cama -Trasppty me sujetó de la cintura y comenzó a guiarme hacia el enorme árbol -TD, cuida a tus hermanos y luego de que se cansen y se vayan a dormir, vienes a mi árbol para llevarte a tu nuevo hermano... Tu madre debe descansar para recuperar su energía.

EL TRIUNFO DEL DUENDEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora