—Tama ha estado deprimida, ¿Crees que extrañe a Ghost?— preguntó Yuji a su hermano desde donde estaba acostado sobre la hierba.
—¿Desde cuándo está así?
—¿Hace unos días?
—¿Y por qué empezaría a extrañar a Ghost hasta ahora?, que torpe.— cuestionó Sukuna cerrando su libro en un golpe seco.
El menor se levantó de su cómodo lugar para mirar adecuadamente a su hermano, el ceño fruncido de Sukuna era mucho más pronunciado de lo normal y la forma tan seca en la que le hablaba parecía aún más áspera.
—¿Por qué estás enojado?— indagó cruzándose de brazos en su mejor actuación de seriedad.
—No lo estoy.
—Claro que si, todo el día has estado de mal humor.— insistió.
Esta vez fue el turno de Sukuna para lanzarse al césped, su capa lo cubría de la fria hierba pero ya que no se puso el gorro aun podía sentir las hojas hacer cosquillas en su cuello y cabeza. —Ultimamente he visto que molestan a alguien y cuando intento ayudar esa persona cree que también lo molestaré.
—¿Ya le dijiste a papá?
—No, no es la gran cosa, solo dicen cosas estúpidas a sus espaldas y cuando los profesores están cerca se comportan así que no hay mucho que hacer.
—Mh, entonces quizá deberías hablar con esa persona para explicarle que no quieres burlarte como ellos.— le dijo el menor recostándose de nuevo junto al otro.
—Es fácil decirlo, todos a los que les hablas te aman automáticamente. Incluso le agradas más a Ghost que yo, y él es mi lechuza.— se quejó.
La risa de Yuji burbujeó entre ellos y de alguna forma hizo que el mal humor del otro se dispersara un poco.
—¡Bueno, Tama sigue escapando del dormitorio para ir contigo a las mazmorras!.
—¡Itadori uno!, ¡Itadori dos!— se escuchó el grito de Maki, la prima un año mayor de Megumi desde la lejanía.
Cuando se levantaron viaron a todos sus amigos reunidos cerca del borde del Bosque Prohibido, Nobara estaba tranquilamente sujetando un brazo de la Zenin mayor mientras que la gemela de esta tomaba el otro, Megumi parecía hablar tranquilamente con Yuta y por alguna razón Panda cargaba a Toge en sus hombros, Noritoshi, Miwa, Muta y Momo se mantenían al margen. Los gemelos caminaron hasta ellos (o al menos Sukuna lo hizo porque Yuji corrió apenas estuvo de pie).
—Quermos jugar ese juego Muggle del que hablaron, ¿saben las reglas no?.— habló Maki. —¿Por qué tienes hojas en la cabeza?.
—¡Ah, no me di cuenta!.
El peli rosa movió su mano para quitarse las basuritas pero otra pálida se le adelantó, sintió los fríos dedos de Megumi moverse de un lado a otro sobre su cabeza revolviendo sus rizos y haciendo caer las hojas secas al suelo. Para cuando la mano se retiró Sukuna ya había alcanzado al grupo frunciendo el ceño amenazadoramente al amigo que acariciaba cuál perro a su hermano.
—Gracias... ¿Entonces qué juego quieren jugar?
—Beisbol.— le respondió Megumi.
El grupo de jovenes pasó el resto de la tarde corriendo en un acalorado encuentro de "las traes", pues ninguno tenía una pelota y bate de besibol en sus bolsillos. Para sorpresa de todos Toge terminó siendo el vencedor, pues ninguno de los competidores pudo atraparlo.
Lejos de ahí, en el salón de Nanami el pobre rubio debía enfrentar la inagotable energía de su colega platinado que al parecer no podía mantenerse más de medio minuto en silencio. El agotado profesor de DCAO se limitó a mantener la vista sobre los trabajos finales que debía calificar antes de la llegada de las vacaciones mientras intentaba con todas sus fuerzas ignorar al sujeto que se había tomado la libertad de sentarse sobre su escritorio contándole lo triste que era el hecho de que el joven Megumi fingiera no conocerlo o lo evitara totalmente en su defecto.
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All the Love in the World
FanfictionDonde Nanami encuentra la belleza de la paternidad criando a dos pequeños como padre soletero y por azares del destino termina enseñando en su vieja escuela de magia, en la cual también trabaja su viejo primer amor. AU Wizard World (Potter verse) Si...