All the Love in the World

05. Until I Found You

El esperado día llegó, Sukuna, Yuji y Kento llegaron puntualmente a la estación de trenes con todas sus maletas, la jaula de la lechuza del primer gemelo y una mochila transportadora para el gato del otro. La vieja estación 9 y 3/4 saludó al rubio después de muchos años, tan desgastada y tumultuosa como siempre, ahora era la entrada que sus hijos cruzarían.

Resultaba extraño de muchas maneras, no puede recordar una sola vez durante su época de estudiante en la que se le haya ocurrido que alguna vez estaría acompañado a su descendencia por ese lugar, en realidad, nunca pensó seriamente en formar una familia o criar niños. Desde su juventud no tenía más metas que la de convertirse en un buen mago y contribuir en algo que hiciera a sus padres orgullosos.

El tren a Hogwarts estaba lleno de estudiantes, todos con sus clásicos uniformes escolares y charlas animadas que se mezclaban con el sonido de la locomotora. A falta de espacio él y sus hijos compartieron espacio con un dulce chico de primer año, Yoshino Jumpei, japonés de sangre pero estadounidense de nacimiento. Era un encanto de jovencito, educado, de voz baja y actitud tímida, se acopló bastante bien al parlanchín Yuji sentado a su lado y termonaron conversando todo el camino sobre pésimas películas de terror.

El único inconveniente con el nuevo amigo de su hijo era la actitud atemorizada que el pobre chico mostraba a su mal educado primogénito quien parecía empeñado en incomodarlo con esa mirada fija y ceño fruncido. Kento por supuesto intervino al menos tres veces regañando en voz baja a Sukuna por su grosero comportamiento, y aunque este se disculpó al final no pudo obtener una justificación sobre sus actos.

Al llegar al destino, mientras todos tomaban las maletas Yuji sujetó el brazo de su padre y le dijo que como sería su profesor no deberían tratarse tan cercanos o los demás alumnos creerían que tenía favoritos y todos los aborrecerían, el rubio solo sonrió asintiendo a lo anterior porque por supuesto debía ser profesional de ahora en adelante, dejando los mimos y afecto para la privacidad.

Fiel a su palabra el menor de los gemelos arrastró de la mano a su nuevo amigo y hermano, gritando sobre su hombro que se adelantarían, Kento suspiró y dejó pasar el mar de estudiantes antes de salir del tren. Tal como esperaba apenas llegaron al castillo fueron conducidos hasta el gran comedor que poco a poco se fue llenando, los estudiantes de nuevo ingreso (incluyendo sus hijos) lucían diminutos y adorables parados nerviosamente frente a los largos mesones mientras escuchaban a Yaga dar el típico discurso de bienvenida.

Nanami se mantuvo tranquilamente en una esquina semi oculto de las miradas viendo las espaldas de todos los maestros mientras los niños pasaban uno a uno para saber a qué casa pertenecerían a partir de ahí.

—¡Slytherin!— gritó el sombrero seleccionador apenas tocó la cabeza de Sukuna, sacándole una sonrisa al rubio, eso había sido tan obvio.

—... ¡Gryffindor!— fue el turno de Yuji y por supuesto, otra elección clara.

Los alumnos siguieron pasado y cuando todos habían tomado asiento con sus nuevos compañeros de casa Yaga volvió a tomar la palabra.

—Ahora, quiero presentarles a nuestro nuevo maestro de defensa contra las artes oscuras, un antiguo estudiante de esta institución y un destacado mago: ¡Kento Nanami!.— el mencionado caminó al frente dando una cordial reverencia para luego tomar asiento en la gran mesa recibiendo los aplausos de todos los presentes.

Nanami no era el más apto socialmente así que toda la atención sobre él fue bastante bochornosa pero al menos el festín desvió la atención de los alumnos, dejando al rubio solo con los curiosos profesores que se turnaron para presentarse e intentar conseguir algo más de información suya. A pesar de su incomodidad la cena fue agradable para Kento, la comida era deliciosa y sus compañeros profesores parecían personas amables que le explicaron bien cómo era experiencia docente en el lugar.