1/6 de otoño

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Hacerse mayor te da la facilidad de decir la palabra "no". Siendo algo tan corto, tan simple y wow, que manera de atascarse a la garganta. Hasta que fluye. Como si se resbalase por un tobogán, se vuelve ligera. Ni siquiera hace falta que vaya acompañada con su amigo "porque". Vuela sola, sin necesidad de explicaciones o excusas, algo así como cuando eres niño.

"Recoge los juguetes", no

"¿Quieres salir a jugar?", no

"¿Te apetece ir a comer?", no

"¿Te iría bien hacer esto mañana...?", no

Y así hasta que el diario se va despejando

| La no tan mierda de ser adolescente |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora