2/6 de otoño

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De niña me encantaba observar el pequeño hilo de agua que caía al árbol de higos de mi abuelo. Sentada, en silencio, observaba ese chorrito de mundo que invadía a los higos. Él usaba un mecanismo de compuertas que se abrían y cerraban para controlar el paso de agua.

Así es como veo el comienzo de una relaciòn: tal vez el agua es la conversación, las compuertas los limites y la higuera la confianza. No se de que depende el vinculo de dos personas, ¿Las ganas de saber y de dejarse ver? o ¿aquella complicidad contenida en una mirada? Igual y me gusta imaginar los laberintos del corazón; el agua fluyendo a un ritmo adecuado, las compuertas moviéndose de arriba y abajo, los estacionamientos necesarios ya que en la pausa hay serenidad y verdad. Y finalmente, la llegada al árbol, salpicando las pequeñas raíces , los tallos, y frutos por madurar. La amistad brotando entre todo el desorden cotidiano.

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