Por otro lado, a Zefer se le ponía la piel de gallina cada vez que su mente se saboteaba y la enviaba a otro episodio de esa noche. En ese momento se encontró sentada en la silla frente a la computadora, presionando un muslo contra el otro, mientras terminaba un video en youtube y la pantalla amenazaba con apagarse. Ella solo quería disfrutar un poco mas de Suguru Geto, solo un poco.
Habia sido muy gentil en sus caricias, a pesar de que contrastaban con las malas palabras que salían de sus labios e iban directamente a sus oídos. Era todo lo que necesitaba escuchar ya que leyó la siguiente frase en su primera carta: Quería susurrarte al oído y sentir que se te eriza la piel como resultado. Y, de hecho, no había habido un segundo en el que no se le hubiera puesto la piel de gallina.
Te voy a chupar hasta que te deshagas en mi boca, había dicho en algún momento que ella ya no recordaba, pues lo único que quedo grabado en su mente fueron esas palabras. Todo lo que Suguru dijo que haría, lo hizo con el doble de voracidad. Voy a follarte hasta que te tiemblen las piernas, no podía pensar en frases sin jadear o morderse el labio inferior, simplemente porque quería mas.
Cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo, su rostro se puso rojo y Zefer miro de lado a lado a alguien que la estuviera observando. Suspiro aliviada cuando se dio cuenta que estaba sola y se permitió relajarse en la silla. Aprovechando la adrenalina y los rápidos latidos de su corazon, saco su celular y envió un mensaje de texto.
Te necesito escribió tan rápido que termino cambiando la c por x sin darse cuenta.
Solo ven, gatita, respondió de inmediato.
Asi que fue, fue a la casa de Suguru muchas veces cuando su tío no estaba alli, y cuando él también estaba alli, ninguno de los dos pensó que el mayor podría escucharlos, ya que eran cautelosos. O eso pensaban, solo que su tío nunca descubriría que los golpes en la pared provenían de la cama del menor y no de él jugando con la pelota de tenis.
Cualquiera que pensara que Suguru no fue a la casa de Zefer estaba equivocado, aunque aquí incluimos la condición de que su padre estuviera ausente en todas las situaciones. Los dos todavía esperaban las cartas de aceptación de las universidades para poder hacer oficial su relación, lo que sucedería tanto si iban a la misma universidad como si no.
Pasaron los días, los besos duraron mas y las manos seguían siendo muy tontas. Si bien Suguru y Zefer fueron conociéndose de una manera diferente, descubriendo sensaciones que ninguno de los dos había experimentado antes y posturas que los favorecían a ambos, las profundas conversaciones que compartieron no cayeron en el olvido. El universo de posibilidades que podían descubrir juntos no se limitaba a los cuerpos de cada uno.
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𖦹ᅠᅠ 𝅦̟ . ݁ Coᥒ ᥲmor, Sᥙgᥙrᥙ Gᥱtoᅠ ִֶָᅠִֶָᅠִֶָ ᅠᅠjᥙjᥙtsᥙ kᥲιsᥱᥒ𑁤⠀✓
Fiksi Penggemar𓍢ִ໋ ݁ 𝐬𝐮𝐠𝐮𝐫𝐮𝐱𝐨𝐜 ꕀ ᥙᥒᥲ ᥴᥲrtᥲ dᥱ Sᥙgᥙrᥙ Gᥱto ρoᥒdrᥲ́ dᥱ ᥴᥲbᥱzᥲ ᥣᥲ vιdᥲ dᥱ ᥣᥲ ρobrᥱ Zᥱfᥱr Chō, qᥙᥱ jᥲmᥲ́s ιmᥲgιᥒo vᥱr ᥣᥲ otrᥲ ᥴᥲrᥲ dᥱ sᥙ ᥱᥒᥲmorᥲdo. ᅠᅠᅠᅠᅠᅠ⊹ ᜔ ૮₍ ˶ᵔ ᵕ ᵔ˶ ₎ა ⬞ ׅ⎖ ᥴoᥒt: sf & ᥒsfᥕ fᥲᥒfιᥴ trᥲdᥙᥴιdo ...