Vámonos a marte [JiHan]

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Tres meses habían pasado. Durante ese tiempo nos volvimos realmente cercanos, era lo más parecido que tenía a un amigo.

No había peligro de que encontraran a Jeonghan, aunque la parte rural era una de las que estaban constantemente en la mira la gente confiaba en mí, tenían la certeza de que si me encontraba con un ser de otro planeta iba a reportarlo de inmediato. Ya lo había hecho en dos ocasiones. Me arrepentía de hacerlo al relacionarme con Jeonghan. Ellos no eran nada como lo hacían ver en las noticias, no querían apoderarse del planeta, no querían hacernos daño, solo querían vivir.

—¡Joshua! Vamos a regar las flores.

Cuando salí al jardín trasero me encontré una bella imagen. Jeonghan estaba hablando con las flores, tratándolas con suma delicadeza. Ese jardín había sido un regalo después de su primer mes aquí.

Yoon había quedado fascinado con ellas, alegando que nunca antes las había visto en ninguno de los planetas en los que había vivido.

Jeonghan había estado mudándose constantemente desde que era un niño, huyendo de los ataques de los humanos. Nunca había considerado algún planeta como su hogar. Podía sentir que pensaba en este lugar como su hogar. Que pensaba en mí como su hogar.