Vámonos a marte [JiHan]

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Desperté de mi sueño, solo para encontrarme nuevamente con la oscuridad.

Mi corazón dolía tanto como el primer día en el que pisé este lugar. No dolía el estar encerrado todos los días, esperando una sentencia por haber hecho algo de lo cual no sentía culpa, dolía el no poder verlo, saber que ya no estaba junto a mi.

Desearía ser él quien estuviera muerto y no Jeonghan.

Jeonghan.

Me había costado demasiado aceptar el hecho de que la persona que tanto amo había muerto.

Me culpaba por ello desde el día en el que la policía tocó mi puerta y abrí sin sospechar nada. Sin imaginar que pronto estarían sobre mi, siendo obligado a ver como acababan con él.

Las lágrimas llenaron mis ojos.

Desearía que hubiéramos logrado escapar, como tanto imaginaba. Que hubiéramos ido a marte y morir en su lugar.

No me importaría morir, quedarme en la oscuridad, siempre y cuando supiera que Jeonghan estaba brillando en algún lugar. Él merecía ser feliz.

Escuché el ruido de mi celda siendo abierta, unos fuertes brazos me arrastraron fuera y pronto me vi en una sala llena de gente.

—Hong Joshua, está siendo juzgado por el delito de haber ocultado al estado el hecho de que tenía a un extraterrestre viviendo en su casa, sabiendo el peligro que representa para la sociedad —dijo una mujer vestida de negro frente él.

Jeonghan no le haría daño a nadie.

—La sentencia por sus crímenes es la muerte. Siguiente caso.

Unos brazos me levantaron de nuevo. Iba a morir. Debería estar angustiado. Debería estar llorando o pidiendo que me dejaran vivir, pero lo único que pude sentir fue una extraña felicidad.

La sonrisa de Jeognhan fue el último pensamiento que tuve aquel día cuando me ataron a una camilla y pusieron una aguja en mi cuerpo.

Sentía como de a poco la vida escapaba de mí, como cuando estuvimos en el planeta rojo.

Solo que nunca estuvimos en Marte.

Nunca bailamos una última melodía.

Nunca pude decirte lo mucho que significabas para mi.

Nunca pude escucharte decir "te amo".