Prólogo

1.8K 131 171
                                    

Era de noche en Mobius, se supone que todo el mundo debería estar descansando. Pero dos personas no lo hacían.

Uno estaba trabajando en su oficina, tenía algunas cosas que completar y no le faltaba mucho por hacer. Era un erizo de pelaje negro con betas rojas, el azabache.

Mientras tanto su pareja, un erizo de pelaje azul y pecho melocotón, el cobalto, también estaba despierto, pero era porque no podía conciliar el sueño.

Este último se levantó de su cama y se abrigo para despues salir de su habitación e ir a la oficina de su esposo.

El azabache estaba por terminar cuando la puerta se abrió allí vio a su esposo totalmente cansado.

—Sonic, ¿que haces despierto?

No recibió respuesta, solo se acercaba a él rodeando su escritorio.

—Se supone que debes estar descansando, ven te llevaré a la cama.

El cobalto no dejó que su marido se moviera, por que se sentó en sus piernas y se acurrucó en su pecho.

—Amor, tu hija no me deja dormir, esta muy inquieta.

El azabache rió un poco y le dio leves caricias al vientre de su esposo logrando que la pequeña niña dejara de moverse.

—Pequeña María, por favor deja a tu papá Sonic descansar.

La pequeña niña dejo de moverse como si pudiera entenderlo.

Desde que el azabache se enteró en su aniversario que sería padre siempre acariciaba el vientre de su esposo, incluso algunas veces en las noches le hablaba. La primera vez que la bebé se movió fue cuando escuchó la voz de su padre.

—Desde ahora ya es tu princesa. Eres su favorito —comentó.

—Ya quiero que nazca, lo bueno es que faltan menos de tres meses. Además deseo mucho que se parezca a tí.

—Ruega a los dioses que no sea así, conmigo basta.

Él rió y tomó la mano de su esposo para plantarle un beso.

—¿Cuando trabajo te falta? —pregunto casi adormilado.

—No es mucho, solo una cosa más y podremos ir a dormir.

—Te espero...

El azabache hacia todo lo posible para acabar su trabajo y poder descansar con su esposo. Hasta que por fin lo logró, tuvo que despertarlo porqué no podía cargarlo. Era obvio, no estaba en las condiciones.

Ambos caminaron hasta el dormitorio donde el azabache ayudó y acomodó a su esposo para que pueda descansar tranquilo. Él se cambio y se adentro con él, poso su mano en el vientre de su esposo para que la niña este tranquila y los deje dormir.

El azabache se encargaba del bienestar de su esposo y su bebe. Los protegía y amaba.

Tanto cuidado para nada...

Pero...

Desde hace unos días la bebé empezaba a dejar de moverse, habían días en donde se movía muy poco u otros días donde se movía en exceso, claro que era tranquilizada con las caricias y la voz del azabache, por lo que pensaron que era normal en su crecimiento.

Pero... no era así...

Un día el azabache se encontraba en el trabajo, tuvo que dejar al cobalto solo en casa, pero confiaba en que todo estaba bien, mientras tanto el azabache tenía una conversación con su suegro.

—¿Como se encuentra Sonic?

—Esta muy bien, ya no falta mucho para que mi hija nazca. Estoy muy nervioso y emocionado.

—Te entiendo, así me sentí cuando nació Sonic, pero después todo será maravilloso. Serás un buen padre.

Aunque todo parecía felicidad y emoción, llegó una llamada que lo cambiaría todo.

—Hola Sonic ¿que ocurre?

Shadow... ayúdame por favor...

El cobalto sonaba triste, agitado y sobre todo asustado.

—Dime... ¿que paso?

Estaba limpiando un poco y... empecé a sentir un dolor horrible en el abdomen... y aun lo siento... ya llamé a Mephiles y Silver... ellos... no se donde estan...

—Okey Sonic, deben estar con su hijo, voy para allá.

Por favor Shadow, tengo miedo... no puedo sentirla... no puedo... por favor ayudamé...

Apenas se colgó la llamada el azabache salió corriendo de su trabajo para llegar a su hogar y poder socorrer a Sonic. Tenía miedo, demasiado miedo por lo que podría pasar pero en medio del camino recibió una llamada de Mephiles, su hermano.

Shadow no tengo mucho tiempo, estoy conduciendo, Silver y yo estamos llevando a Sonic al hospital. Tuve que dejar a mi hijo con mamá.

—¿Como esta él?

Siente un dolor horrible en el abdomen, no para de agonizar, te explicaré todo apenas llegues.

—Nos vemos allí entonces, por favor cuida a Sonic.

Si —antes de colgar la llamada—, ¡Oh por Dios!

La llamada se cortó alterando más al azabache, ese gritó se quedo en su mente una y otra vez.

Cambio de dirección y condujo hasta el hospital, apenas llegó le pidió a las enfermeras la ubicación de su esposo, obviamente le dijeron que estaba en urgencias, corrió sin importar que, solo quería saber como estaban Sonic y su bebé.

Apenas llegó se encontró a Silver y a Mephiles quienes estaban esperando al doctor que atendía al cobalto, pero algo que llamó la atención del azabache, fue ver a Silver con manchas de sangre en sus manos, además parecía no reaccionar.

Salió el doctor de la sala.

—Familiares de Sonic Doom.

—Es mi esposo —se acercó—. ¿Qué tiene? ¿Como esta él? ¿Como esta mi bebé?

El doctor se sacó sus lentes y miró al azabache muy preocupado.

—No se como decirle esto, pero... lo lamento señor... se presentó una muerte fetal... el corazón de su bebé dejo de latir.

Tanto Mephiles como Shadow se quedaron estáticos ante lo que dijo el doctor, Silver por su parte empezó a llorar. El azabache no sabía como reaccionar, solo sintió como si algo dentro de él se rompía.

Luego se escuchó el grito desgarrador del cobalto proveniente de la sala donde se encontraba.

—Tendremos que adelantar el parto. Acompáñeme, su esposo necesitará fuerzas para salir de esto.

El azabache siguió al doctor hasta la sala en donde se encontró a su esposo hundido en lágrimas y con sangre en medio de sus piernas. Se cubrió la boca y por fin dejó caer sus lágrimas.

El cobalto miró a su esposo totalmente destrozado con el corazón hecho pedazos y con el alma herida, el azabache se acercó y lo abrazó, ambos lloraban al saber que nunca iban a tener a su bebé en sus brazos.

... y todo lo que parecía de color rosa se torno de gris.

••••
Próximamente en 2024
••••

•Hasta El Fin•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora