Cap. 18

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La eriza rojiza había llegado a su hogar algo perdida, volvía de una fiesta donde el alcohol era la fuente para que no sea aburrida.

Aún estaba en su juicio, aun asi se veía que si bebió.

Ingresó a la casa haciendo algo de ruido captando la atención de su tío, quién jugaba con la niña.

—¿Dónde estabas Ela? —el erizo mayor se apartó de la bebé y se acercó a su sobrina.

—No jodas tío.

El erizo la agarró del brazo y se acercó ligeramente a su rostro.

—¿Volviste a beber? ¿¡En que diablos estas pensando!? —furioso elevó la voz.

—¿Qué tiene de malo? Solo fui a divertirme y dejar el estrés a otro lado.

—¿¡Cuál estrés!? —suspiró para relajarse, ya que sabía que así la bebé se asustaría—. Ela, por Dios, mira, a tu hija la dejas sola, no la atiendes, y la descuidas. Tu tía y yo hacemos el trabajo pero ni siquiera la cargas. Tienes que hacerte responsable.

—¿Quieres que me haga responsable? Bien.

La eriza se acercó a la bebé la tomó en sus brazos algo brusca y se la llevó dejando al erizo bastante molesto en la sala.

Ingresó a su habitación y la bebé empezó a sollozar.

—¡Cállate! ¡No estas ayudando a Shadow entienda que no debe irse!

La bebé siguió llorando.

La eriza la dejó en su cuna y posteriormente fue por sus audífonos. Allí notó algo debajo de las mantas de su cama. Se agachó para observar mejor, y lo que había era una bolsa hermética.

Sospechó que algo estaba pasando por lo que volvió abajo y bastante molesta. El erizo mayor estaba sentado en el sofá cuando Ela se pusó frente de él.

—¿¡Qué mierda significa esto!? —ella tiró la bolsa hermética en la mesa. Esperando una respuesta.

El erizo miró lo que había pero no entendía nada.

—No entiendo de que me hablas.

—Claro que sabes tío. ¿Qué hacia esa bolsa debajo de mi cama?

El erizo seguía sin entender lo que sucedía y por que una bolsa traía muy alterada a su sobrina.

Justo le llegó un recuerdo, cuando Sonic dijo caerse supuestamente asustando a la bebé, él estaba cerca de la cama, lo que le dio a entender que posiblemente Sonic buscaba pruebas de ADN.

Sin embargo, para no levantar sospechas, no cambió su expresión. Iba a cubrir a su hijo.

—Confiesa. ¿Qué le hiciste a mi hija? ¿O quién se le acercó? —su furia esta por lo aires, además parecía que en cualquier momento causaría una locura.

—Yo no le hice nada, lo único que hice fue cuidar a esa niña que esta muy descuidada por tí. De seguro esta bolsa lo dejaste tú cada cez que vuelves de esas fiestas. O peor aún, viemes aquí a provocarme.

—No vas a hablar, bien, pues parece que tendré que buscar pruebas de quien tocó a mi hija.

Ela empezó a buscar algo, algun indicio que indique quien tocó a su hija.

Revisó en el sofá y no encontró. Eso la molesto más.

—Dime, ¿de quién es esta bolsa? —se lo acercó al rostro.

—Debe ser de Sonia o Manic, sabes que ellos son medio raritos.

—Habló en serió tío. ¿Quién tocó a mi hija?

•Hasta El Fin•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora